ESTAMPA CONVENTUAL.
LOS GUARDIANES UNIFORMADOS.
LOS GUARDIANES UNIFORMADOS.
Desde su atalaya montan vigilancia constante sobre todo el perímetro del claustro bajo del CONVENTO DE SAN JOSÉ.
Son de la India, por lo menos esa era la información que suministraba la escritura del emboltorio de plástico agujereado en el que venía el bulbo enterrado en virutas de madera.
Ya hace años. Muchos años. Vivía mi hermano Ricardo y le llevé a Salamanca para pasar la Semana Santa en nuestro convento de San Andrés. Un día me acerqué por la rivera del Tormes hasta el lugar de donde sacan el agua para abastecer a la ciudad que llaman «La Traída de las Aguas». Allí hay un vivero de cuyo nombre ya no me acuerdo, pared con pared con la Venta de Chan. Allí le vi sobre una estantería de metal. Le tomé en las manos, le di vueltas y más vueltas para ver si merecía la pena comprarle porque la etiqueta marcaba 3,50 € y me parecía caro. Lo dejé en su sitio. Sí, me parecía caro. Al día siguiente volví y allí seguía. Pareciera que todo el mundo compartiera mi parecer. Era caro. Volví a tomar la bolsa en mis manos y... ya no volvió a la estantería. Como estaba al ladito del río Tormes me dije lo del refrán: «de perdidos... al río», y, tras dejar en el mostrador 3,50 € de vellón se vino conmigo. ¡Fue la mejor inversión que he hecho jamás en plantas! ¡Quién me lo iba a decir a mí que estaba obcecado en el precio!
Aquel bulbo de LILIUM DE LA INDIA encontró acomodo en mi bosquecillo madrileño y año tras año me fue dando hijos que eran la envidia de quienes pasaban por la acera y se asomaban a la verja. Inundé con ellos los jardines de la urbanización de Ciudad Jardín.
Con el traslado a este lugar de la Mancha Baja, a Caudete, se vinieron conmigo unos cuantos bulbos, más que hijos de aquel bulbo que vino de Salamanca, el que me pareció muy caro, me traje tataranietos y ahí los tienes montando guardia desde lo alto de un alfeizar que muy bien puede pasar por almena o torre del homenaje de un viejo castillo, nunca mejor dicho, por lo del viejo CONVENTO DE SAN JOSÉ. Eso sí, vestido con el uniforme de gala que tenían guardadito en el baúl hasta que, por fin, ha empezado a pasar revista el cabo celeste vestido de luz y oro, emulando a un torero en tarde de toros, también, para la fiesta del verano en Caudete y su zona.
¡Míralos! Tienen prestancia, son muy buenos mozos. Les cae de maravilla el uniforme y, sin pecar de afectación, ¡SON GUAPOS!, te digo que cuando han ido subiendo, alzándose desde sus bulbos, y abriendo los ojos al entorno, tenías que haberles visto qué cara de admiración, qué cara de placer ponían. No salían de su asombro al contemplar la belleza grandiosa del CLAUSTRO BARROCO DEL CONVENTO DE SAN JOSÉ DE CAUDETE. Así que, como ves, ellos se han visto en la tesitura de NO DESMERECER y ahí los tienes, derrochando salero a raudales.
Hoy, sábado, día de la Virgen, te llevan ellos mi saludo, mis
¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
16.6.2018 Sábado. P. Alfonso Herrera, O. C.
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