ESTAMPA CONVENTUAL.
LAS MARGARITAS GIGANTES.
LAS MARGARITAS GIGANTES.
Llevaba unos días sin bajar al CORRALÓN del CONVENTO DE SAN JOSÉ y la sorpresa
fue mayúscula.
¿Has visto cosa más linda y hermosa? Puede que las haya igual, pero no mejores. Pero, mira. ¿Es o no es lindísima esa planta de MARGARITAS GIGANTES?
¿Has visto cosa más linda y hermosa? Puede que las haya igual, pero no mejores. Pero, mira. ¿Es o no es lindísima esa planta de MARGARITAS GIGANTES?
Pues ahí la tienes. Me la traje de Madrid, de mi pequeño
bosquecillo. Allí no medraba. La tenía en un tiesto grande pero, como si nada,
cuando crecía tres cuartas se empezaban a poner sus hojas cenizosas y morían y
año tras año fenecían sin llegar a florecer. Fue el año pasado cuando
tiré de ellas y fueron de cabeza al cubo de la basura. Pero algunos rizomas
permanecieron en aquel tiesto y, de ellos, me traje para acá dos o tres
plantas que se habían «escapado de la quema» para ver si con el cambio de
aires y de tiesto a tierra, medraban. Y mira a dónde han llegado. Las protegí
con una alambrera del voraz pico de las gallinas que campan a sus anchas por
todo el CORRALÓN.
Me las había regalado una vecina de la calle Primera de la urbanización Ciudad Jardín, Frau Helga Pinto, antigua profesora del Colegio Alemán de Madrid que vino recién concluidos sus estudios en su tierra del norte y aquí encontró su media naranja. Ya no volvería a Alemania salvo en visitas rápidas. El matrimonio hispano-alemán tuvo dos hijas.
En uno de mis viajes a Madrid he visto que se ha librado de las margaritas gigantes porque se estaban adueñando de todo su jardín y el del vecino porque al ser expansivas no las detenía ni la pared medianera que no tenía mucho cimiento.
En el jardín de mi vecina y amiga Helga alcanzaban los tres metros bien medidos, aquí han alcanzado este año los dos metros veinticinco cms. y a estas alturas mira qué guapa está la gigante margarita en el CORRALÓN DEL CONVENTO.
Las gallinas cacarean, andando alrededor de ellas. Como no hay otra hierba verde… no hacen más que mirarlas con unas ansias no contenidas
Desde lo alto de la flor del «sí-no», las margaritas gigantes, vuela para allegarse a ti, mi saludo, mis
¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
21.9.2019. Viernes. P. Alfonso Herrera, O. C.
Me las había regalado una vecina de la calle Primera de la urbanización Ciudad Jardín, Frau Helga Pinto, antigua profesora del Colegio Alemán de Madrid que vino recién concluidos sus estudios en su tierra del norte y aquí encontró su media naranja. Ya no volvería a Alemania salvo en visitas rápidas. El matrimonio hispano-alemán tuvo dos hijas.
En uno de mis viajes a Madrid he visto que se ha librado de las margaritas gigantes porque se estaban adueñando de todo su jardín y el del vecino porque al ser expansivas no las detenía ni la pared medianera que no tenía mucho cimiento.
En el jardín de mi vecina y amiga Helga alcanzaban los tres metros bien medidos, aquí han alcanzado este año los dos metros veinticinco cms. y a estas alturas mira qué guapa está la gigante margarita en el CORRALÓN DEL CONVENTO.
Las gallinas cacarean, andando alrededor de ellas. Como no hay otra hierba verde… no hacen más que mirarlas con unas ansias no contenidas
Desde lo alto de la flor del «sí-no», las margaritas gigantes, vuela para allegarse a ti, mi saludo, mis
¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
21.9.2019. Viernes. P. Alfonso Herrera, O. C.
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