ESTAMPA CAUDETANA.
CAUDETE DESDE EL REAL.
CAUDETE DESDE EL REAL.
Cuando te acercas a la Real Villa de Caudete por el camino de Yecla, después de
haber dejado atrás el Barrio de San Sebastián de donde desapareció, sin dejar
rastro, la ermita del Santo que da nombre barrio aunque hay conjeturas y
algunas declaraciones que delimitan el lugar donde se encontraba hasta después
de guerra el templito dedicado a San Sebastián.
Ya desde la salida del barrio y bajando por el camino-calle San Sebastián, que parte en dos el barrio del Real, a un lado la parte edificada, al otro, la zona baldía, aparece el pueblo ante uno, de esa guisa que ves en la fotografía que ha tenido a bien mandarme Fina Solera. Fotografía preciosa que recoge las espaldas de la parroquia de Santa Catalina con su cúpula y su famosa y antigua torre de los últimos años del siglo XV, con la entrada a la Real Villa por la calle Sacramento, estampa captada por una fotógrafo que se "escondió", para obtenerla, detrás de una hermosa planta de Ricino en la tarde del domingo de la Sma. TRINIDAD. Ayer (por antes de ayer), fue un día en que al cielo le dio por adornarse con nubes, muchas de ellas cumulonimbos que, en algunos casos, tenían tonos un tanto oscuro, como si quisieran decirnos: "ojito, ojito, que os mojamos". Se contuvieron. No derramaron ni una lágrima, es decir, no dejaron caer ni una gota sobre Caudete y sobre su área de influencia. Nada. Ya te digo, ni una gota. Así permitió que los pocos viandantes que bajaban y subían por el paseo de la Virgen, principalmente matrimonios jóvenes con sus ñacos, pudieran hacerlo con toda tranquilidad. Sí que nos acompañó un bochorno notorio, notorio porque nos hacía sudar de lo lindo. Yo, tras concluir la bendición con el Santísimo en el Monasterio de las MM. CARMELITAS, me bajé, poco a poco, la pierna no me permitía alegrías, hasta la Glorieta de la Cruz. Donde permanecí un buen rato, la mayor parte de él, en soledad y silencio absoluto. Reflexionando. En esas estaba cuando apareció un grupo de chavales, que no se sujetaron, en ningún momento, a lo establecido por la normativa impuesta por las autoridades sanitarias, que lo llenaron todo de jolgorio. Cosa natural. ¡Eran jovencitos!
Cuando llegué a casa lo hice empapado y no precisamente por la lluvia, que no nos visitó, sino por el sudor que me sacó de dentro el bochornazo reinante.
Recibe mi saludo, mis
¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
9.6.2020. Martes. Día 87 de confinamiento.
Ya desde la salida del barrio y bajando por el camino-calle San Sebastián, que parte en dos el barrio del Real, a un lado la parte edificada, al otro, la zona baldía, aparece el pueblo ante uno, de esa guisa que ves en la fotografía que ha tenido a bien mandarme Fina Solera. Fotografía preciosa que recoge las espaldas de la parroquia de Santa Catalina con su cúpula y su famosa y antigua torre de los últimos años del siglo XV, con la entrada a la Real Villa por la calle Sacramento, estampa captada por una fotógrafo que se "escondió", para obtenerla, detrás de una hermosa planta de Ricino en la tarde del domingo de la Sma. TRINIDAD. Ayer (por antes de ayer), fue un día en que al cielo le dio por adornarse con nubes, muchas de ellas cumulonimbos que, en algunos casos, tenían tonos un tanto oscuro, como si quisieran decirnos: "ojito, ojito, que os mojamos". Se contuvieron. No derramaron ni una lágrima, es decir, no dejaron caer ni una gota sobre Caudete y sobre su área de influencia. Nada. Ya te digo, ni una gota. Así permitió que los pocos viandantes que bajaban y subían por el paseo de la Virgen, principalmente matrimonios jóvenes con sus ñacos, pudieran hacerlo con toda tranquilidad. Sí que nos acompañó un bochorno notorio, notorio porque nos hacía sudar de lo lindo. Yo, tras concluir la bendición con el Santísimo en el Monasterio de las MM. CARMELITAS, me bajé, poco a poco, la pierna no me permitía alegrías, hasta la Glorieta de la Cruz. Donde permanecí un buen rato, la mayor parte de él, en soledad y silencio absoluto. Reflexionando. En esas estaba cuando apareció un grupo de chavales, que no se sujetaron, en ningún momento, a lo establecido por la normativa impuesta por las autoridades sanitarias, que lo llenaron todo de jolgorio. Cosa natural. ¡Eran jovencitos!
Cuando llegué a casa lo hice empapado y no precisamente por la lluvia, que no nos visitó, sino por el sudor que me sacó de dentro el bochornazo reinante.
Recibe mi saludo, mis
¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
9.6.2020. Martes. Día 87 de confinamiento.
P. Alfonso Herrera Serrano, Carmelita.
Buenos días P. Alfonso . Ayer me llegó esa bonita foto , me la envió su autora Pili Requena que tiene buen ojo para realizarlas y las saca espectaculares . Se me ocurrió enviársela a usted porque sabia que le iba a gustar y así a sido y hoy nos la pone en su relato. Buen día para todos .
ResponderEliminarMuy buenos días, P. Alfonso , bonita foto y buen relato de nuestra historia , que usted siempre sabe darle un buen matiz.Que tenga un excelente día.
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