ESTAMPA CAUDETANA.
LOS EQUINOS.
No es frecuente verlos por la Real Villa de Caudete aunque, no por eso, dejan de aparecer de cuando en cuando. Los he visto por mi calle, El Molino arriba,
siempre hacia arriba, hacia la Plaza del Carmen e, incluso, les dediqué un
comentario. Entonces iban sobre los corceles, un señor mayor y una joven
amazona. También los he visto por la calle Eras. El domingo por la tarde, mira
por dónde, los vi en la Glorieta de la Cruz a donde llegaron por la Avda. de
Miguel Ángel Blanco.
Eran dos hermosos ejemplares de una alzada guapa, guapa, juzga tú mismo
por las fotos que ilustran mi escrito de hoy.
- Tras la bendición con el Santísimo en el monasterio de las Madres Carmelitas
de Clausura, bajé, como otras veces, hasta la Glorieta de la Cruz. Mi pierna no
me da permiso, por el momento, para más. El sol caía con fuerza sobre la
cubierta vegetal del Paseo de la Virgen y allí donde había algún claro me
parecía percibir que se ponía contento porque, el muy indino, afinaba la
puntería y, a fe, que lo hacía, bien porque me daban de lleno y me hacían
espolear el paso buscando el trozo del Paseo donde alguna sombrica indicaba que
algo de parapeto se interponía entre el sol y el paseo y, claro, yo lo
aprovechaba.
- No se movía ni pizca de aire. Sólo el frotar de los hélitros de las
chicharras machos desgarraban la gruesa manta de calor que lo arropaba
todo. La mascarilla lo hacía todavía más exasperante.
- Cuando llegué a la Glorieta de la Cruz el sol era la vedette. Reinaba en toda
ella, salvo en el banco donde suelo sentarme cuando bajos hasta allí. Pero
estaba ocupado. Dos ñacos adolescentes hablaban animadamente sobre películas
del espacio, de los Star Trek, esas de ciencia ficción, que tratan de guerras
en el espacio y que podían verlas en el Neflix. Tuve que quedarme en un banco
en el paseo dentro de la misma Glorieta y a espaldas de los dos muchachos de
los que me separaba el seto verde de Gratecos.
- En esas estaba cuando comencé a oír los cascos de unas caballerías que
se acercaban al paso, de paseo, por la Avda. del concejal asesinado por la Eta,
Miguel Ángel Blanco. Rápidamente apareció el telefonillo en mi mano y le
puse en situación de marcha para que no se me escaparan los equinos
cuándo aparecieran acto de presencia en la Glorieta.
- Llegaron. Pararon un momento. Los jinetes, dos chicos jóvenes, cambiaron unas
palabras y dirigieron a los animales Paseo de La Virgen abajo con dirección al
Santuario.
- Como habían llegado continuaron su camino, al paso. Se notaba que iban de
paseo. Seguramente habían sacado a los animales para desentumecer músculos.
- No habría pasado mucho más de un cuarto de hora cuando volví a sentir los
cascos de sus pezuñas herradas a lo lejos. Venían de vuelta. Ya habían saludado
a la PATRONA, LA VIRGEN DE GRACIA, y volvían por el mismo camino. Llegaron a la
Glorieta
- y se detuvieron otra vez y, otra vez, cambiaron impresiones los jinetes
y decidieron, por lo que vi enseguida, tirar por la Avenida del Atleta Antonio
Amorós para adentrarse en la Villa.
- A punto de "levantar yo las tiendas", para entonces ya había
llegado bastante gente y los niños se divertían en el parquecito a ellos
reservado, cuando apareció otro animal equino portando sobre su lustroso lomo a
un jinete entrado en años que viniendo por la Avda. de la Libertad, cruzó el Paseo
y se marchó, siempre al paso, Avda. de Miguel Ángel Blanco hacia la carretera
de Villena.
- Recibe mi saludo, mis
¡¡¡¡¡¡BUENOS
DÍAS!!!!!!
18.08.2020. Martes. (C. 992)
P. Alfonso Herrera Serrano, Carmelita.
Muy buenos días, P. Alfonso, buen paseo el suyo , pero a esa hora hace mucho calor, menos mal que usted no pierde un momento para poder recoger alguna foto y poder mostrarnoslas con su comentario, sí que son precisos esos caballos y muy bien cuidados.Que tenga un buen día de calor.
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