ESTAMPA CAUDETANA
LA VENTANA.
(Geranios de una de las ventanas de la casa n° 55 de la Avda. San Jaime)
Ayer tuvimos un día al que podríamos caracterizarle como de avanzadilla del
buen tiempo que suele llegar a este lugar de la Real Villa de Caudete con la
primavera muy entrada y, no digamos nada, cuando el verano se instala, es decir,
ayer hizo muy bueno de puertas afuera porque de puertas adentro en el convento
de San José, el termómetro no tenía prisa por ascender hacia las alturas.
Por la tarde se iba muy a gusto pueblo abajo, hacia el Barrio. Cuando iniciaba
mi camino para llegarme a celebrar la liturgia eucarística de las 18,30 horas
en la parroquia de San Francisco, gozábamos de una temperatura ideal y así
seguía cuando, concluida la ceremonia, emprendía el camino de vuelta a
casa, dando un rodeo para adquirir algo de fruta en una de las tiendas de esta
Real Villa.
Cuando llegué al número 55 de la avenida de San Jaime no pude por menos que
detenerme un ratico para contemplar en una de las ventanas de esa casa, te la
muestro en la fotografía, los geranios exuberantes. No estaban muy a gusto con
el encierro al que les tenían sometidos los barrotes de la verja por lo que
salían fuera, a través de los huecos existentes entre ellos, para mostrar su
hermosura, su donosura, su esbeltez, la preciosidad de sus flores, el color
vivo con que las había pintado la naturaleza.
Rompía la uniformidad, otros dirían totalitarismo, de una tonalidad rojiza
total, un geranio jaspeado, que yo no había visto nunca, hasta hoy.
Florecía en aquella ventana sin ningún sentimiento ni complejo de inferioridad
ante la apabullante autoridad impuesta por sus parientes de color rojo.
Yo diría que esa preciosidad de geranio jaspeado, con su impronta natural
distinta, que no impuesta, engrandece muy notablemente y pone en valor, la
hermosura de sus hermanos de color rojo vivísimo.
Cuando, por fin, reemprendí el camino, las niñas de mis ojos venían contentas
porque se traían, con ella, los colores, inigualables, de las flores de
los tres geranios que lucían la lindez de sus tintados penachos de flores de
color rojo vivo dentro y fuera de los barrotes de la verja de la ventana
y, sobre todo, con el chispeante color blanqui-rosa de aquella planta de
geranio que hacía añicos el proyecto tiránico de uniformar, bajo el imperio de
un solo color, todo el alféizar de la ventana de la casa del número 55 de la
avenida de San Jaime del barrio de San Francisco de esta Real Villa de Caudete.
Recibe mi saludo, mis
¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
7.5.2021.Viernes. (C. 1.249)
P. Alfonso Herrera Serrano. Carmelita.
Muy buenos días, P. Alfonso, precisos están esos geranios , la verdad que llaman la atención , porque yo también me percibí de su hermosura, como se nota que estamos en plena primavera. Que tenga un bonito día.
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