domingo, 18 de julio de 2021

Solemnidad de la Virgen María del Monte Carmelo.

ESTAMPA CAUDETANA.

SOLEMNIDAD DE LA VIRGEN MARÍA DEL MONTE CARMELO.

(Flores del Agua. Ayer, día de la Virgen del Carmen, abrieron sus corolas para exhalar su aroma para ofrecérsele a ELLA y ofrecerse, así mismas, a la Reina del Cielo que lo es, también del Carmelo)

No podía ser de otra manera. El día de ayer se despertó grandioso, todo despejado, el cielo, nítido, preparado para recibir a un sol despampanante llamado a ir marcando, con sus rayos de oro, cada uno de los momentos del mismo dedicado a la Madre del Creador, el Verbo cálido del Padre por medio del cual se hizo todo cuánto existe y que se vistió de humanidad en su purísimo claustro materno. Por ello yo diría que, el astro del día, el que pone luz y color a todo cuánto existe en este sistema solar en el que nos encontramos, se vistió con sus mejores galas de Doncel celeste y nos preparó un día maravilloso, un poquitín apretado de calor, eso sí, para que celebráramos, como es debido, la Solemnidad de la Virgen María del Monte Carmelo. Ya iba camino de mi pueblo, allá en el occidente de la autonomía Castellano Manchega, cuando un buen grupo de gentes de la Real Villa de Caudete nos dimos cita en la iglesia del convento de San José a la que llenamos de bote en bote, pero sin faltar a la normativa vigente impuesta por sanidad para afrontar una defensa segura contra la pandemia que ha instaurado el Covid-19 

Presidió el solemne acto litúrgico el prior del convento que, a su vez, es el párroco de las dos parroquias existentes en esta Villa Caudetana. Al iniciar su prédica nos puso en antecedentes de que sus palabras iban a circunscribirse a hablar de la madre. 

Las empezó disponiendo el medio en el que irían cayendo, una tras otra, las ideas en torno a la figura de la madre y, por ende, en torno a la Madre del Redentor, de María, aquella joven nazaretana que, honrada y venerada por los eremitas qué poblaron el Carmelo en los finales del siglo XII y principios del XIII, la acogieron y la nombraron con el nombre del lugar, Carmelo, Carmen, que significa, en lenguaje hebreo, jardín y en el lenguaje griego, poesía, poema.  Y es que, ELLA, con toda verdad, es el JARDÍN dónde florecen las flores más hermosas que planta el Jardinero Mayor, que no es otro que Dios Todopoderoso, y, entre todas ellas, la más hermosa, la más preciosa, la sin par, la inigualable, a su propio Hijo que florece en ELLA. 

También es poema, es poesía, porque el hombre para dirigirse a Dios no encuentra otra composición que junte mejor las palabras, las dé sentido y lleve mejor el mensaje que ELLA, María del Carmelo, la Madre de su Hijo. 

Sí, el orador sagrado, planteó el tema apoyándole sobre aquel diálogo de la entrañable película «Marcelino pan y vino», que mantuvo el niño con Cristo crucificado y cuyo tema se centraba en la madre:

- ¿Dónde está mi madre?, le dijo Marcelino a Cristo crucificado.

- Tu madre está con la mía en el cielo, muy feliz y contenta.

 - ¿Y tú quieres a tu madre?, le dijo Marcelino,

¡Mucho, muchísimo! 

- Pues yo, le dijo el niño mientras abría la puerta para ir al receptorio, yo quiero a la mía mucho más! 

Sentado el cimiento, el predicador fue levantando toda su composición homilética en torno a la figura de la MADRE, la madre que nos dio a luz a todos, nuestra propia madre, y a la MADRE que se nos fue dada por Cristo, cuando solo poseía, en este mundo, a su propia MADRE que se encontraba delante de Él, a sus pies. Y lo hizo en aquel momento cumbre, el momento fue su marcha o el de su entrega al Padre. nos la dio, a su propia MADRE, en la persona de aquel amigo, discípulo, compañero, Juan, el discípulo amado.

Y siguió, el padre prior, sacando de la hemeroteca frases y dichos y sobre todo actuaciones de los grandes personajes de nuestra última historia, tales como San Juan Pablo II°, San Pablo VI° y, también, echando mano de algún escritor de tiempos pasados, solo para indicarnos la grandeza de LA MADRE a la que celebrábamos ayer como la Madre del Carmelo.  Sí, el día de ayer fue, para la Real Villa de Caudete y, más concretamente, para los ciudadanos que nos dimos cita en El Carmen para honrar a la Madre del Señor en su advocación del Monte Carmelo, un día grandioso, un día fantástico, un día vivido en familia, en el convento de San José que tiene su Iglesia dedicada a ELLA, a la Virgen Madre de Dios en su advocación del Monte Carmelo Fue toda una fiesta, una fiesta de fraternidad porque celebrábamos el día grande dedicado a la Madre del Salvador, a la sencilla y humilde esposa del sencillo y humilde, pero gran hombre que fue José, el carpintero de Nazaret. Aquel al que Dios encomendó el cuidado, la defensa, la educación y la formación, según el más acendrado humanismo, de su propio hijo, de Jesús, que vino a ser hombre y crecer como tal, en la humilde morada de un sencillo industrial de Nazaret.

Recibe mi saludo, mis


      ¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
17.7.2021. Viernes. (C. 1.303)

P. Alfonso Herrera Serrano. Carmelita.

1 comentario:

  1. Muy buenas tardes , P. Alfonso , buena ensansacion la que hizo el P. Luis sobre la Madre De Dios del Monte Carmelo , para la celebración de su día grande. Otro año más sin poder celebrar la procesión y el canto de la Alcachofa en su Honor , esperemos que el próximo año se pueda celebrar. Que termine bien el día.

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