martes, 17 de agosto de 2021

El Supermán

ESTAMPA CAUDETANA.

EL SUPERMÁN.
Ya había bajado yo de la tercera planta del hospital de Almansa, ayer por la tarde, dónde había permanecido por espacio de una hora, más o menos. Acudí allí para una cita médica de revisión solicitada por mi doctora de cabecera en el mes de marzo pasado para el departamento de cardiología del hospital. Unos días antes me había llegado una carta notificándome cita para el día de ayer a las 15 horas ¡a las 15 horas!
El aparcamiento del hospital de Almansa, a aquella hora, reverberaba columnitas de fuego que subían desde el asfalto en busca de perderse en todo lo alto de la vertical del hospital.
Agradecí enormemente  pasar por las puertas giratorias del establecimiento sanitario porque allí reinaba un ambiente fantástico creado por el artificio del ser humano y,  la verdad, se estaba muy bien. Ese invento te mete el frío a través de rejillas que permiten su salida a salones, pasillos, salas de espera y consultas médicas.
Esa cita debería haberse llevado a efecto el día 9 de mayo de 2020 en el Hospital Carlos III de Madrid donde venían siguiéndome el caminar de mi corazón desde aquel día, 3 de junio del año 2001, en que padecí un infarto agudo de miocardio, pero la normativa impuesta por el establecimiento entre nosotros de la pandemia traída por el Covid-19 impidió mi cita presencial con mi cardiólogo particular madrileño que, para colmo, estuvo a punto de emprender el viaje sin vuelta porque, al pobre hombre, le pescó, según noticias que me llegaron a través de una administrativa del centro, el bichito chino y estuvo a punto de dejarnos en plena juventud puesto que no hacía mucho tiempo qué había celebrado su cuadragésimo cumpleaños.
Tras la cristalera diáfana de la sala de información del hospital de Almansa, todo estaba en calma, ninguna de las profesionales administrativas se encontraba allí. Habían apagado la luz. Se habían ido. Pero si dentro del local, al otro lado de la cristalera, todo permanecía a oscuras, en su parte externa, iluminada por la luz del vestíbulo, lucía tipito SUPERMÁN. Y, claro, SUPERMÁN siempre llama la atención y a mí me la llamó tanto, tanto, que, al verle, empezaron a afluir a mi cabeza las letras que voy escribiéndote y, con un movimiento «primo primi», que se dice en moral, salió de mi bolsillo el telefonillo y el bueno de SUPERMAN, que estaba pegado al cristal de la sala de información del hospital, se vino conmigo y, ahí le tienes, abriendo mi escrito de hoy.
Me gustó la simpática imagen del SANITARIO del hospital que mima entre sus brazos a la ciudad de Almansa simbolizada en su castillo. Y, allí, acunado por los brazos amables de los sanitarios, esos SUPERMANES, escuchan la voz cercana y cariñosa que les dice:
« ¡ÁNIMO, ALMANSA, TODO IRÁ BIEN!»
Ya, camino de vuelta al coche, estando a punto de derretirse mis sesos por la acción rotunda y contundente de los rayos de un sol que se estaba pasando un montón de pueblos, vino a mi memoria otro SUPERMÁN con el que me había dado de bruces en noviembre pasado en el vestíbulo de otro hospital, el General de La Paz de Madrid, la última vez que estuve allí.
Allí estaba con el ato de cirujano, recién salido del quirófano, para tomar un poco de aire tras muchas, muchas, horas de trabajo, bajo unos potentes focos que concentraban su luz sobre sus dedos mientras manejaban diestramente el bisturí. Desde sus sienes, se descolgaban hilitos acuosos que limpiaban con gasas, diligentemente, atentas enfermeras. Sí, el SUPERMÁN MADRILEÑO, estaba, el pobre, tomando un poco de árnica en el vestíbulo del Hospital de La Paz.

Recibe mi saludo, mis

      ¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
17.8.2021. Martes.  (C. 1.341)

P. Alfonso Herrera Serrano. Carmelita.

1 comentario:

  1. Muy buenos días, P. Alfonso, sí, son unos Superman todo el gremio de enfermería, desde el enfermero que tan gracioso representa a Almansa donde también nos encontramos reflejados los Caudetanos y el cirujano de Madrid , yo creo que sí son héroes todos , también sin olvidar a las personas de la limpieza, que con la que nos sigue cayendo , esté todo apuntó un ¡ Hurra por todo!!! Que el Señor los cuide y pueda volver todo a la normalidad porque echamos mucho de menos las vistas presenciales. Usted siga cuidándose mucho y si el horario de la cita es un poco rara no hay más remedio que acudir , que pase un buen día.

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