ESTAMPA CAUDETANA.
EL JINJOLERO.
Me había pasado totalmente desapercibido hasta ayer por la mañana cuando
destiné un ratico a regar las plantas que crecen en tiestos y jardineras entre
las columnas barroco- toscanas del claustro bajo del convento de San José (El
Carmen) cuando al llegar al JINJOLERO le descubrí. Colgando de una de sus
ramitas, descollaba un JINJOL, un precioso ejemplar de fruto del JINJOLERO.
Para mí que pertenece a la clase de los GRANDES DE ALBATERA porque se le
ve hermoso y más que se va a poner dado que ese tiene que crecer hasta bien
metido octubre que cuando dejan de crecer y hasta entonces faltan no pocos
días. No me conformo con que me lo encasillen en los MEDIANOS y mucho menos, en
los PEQUEÑOS y, por supuesto, nada tiene que ver con la cuarta de las clases de
JINJOLEROS asentados en el sureste español a los que han dado en llamar DÁTILES
porque, como ves, el precioso fruto de mi JINJOLERO del claustro
barroco-toscano del convento de San José, en nada se parece al fruto de
la palmera datilera.
Este espécimen no me llegó de la China ni de la India de donde son originarios,
me lo regaló, chiquitito, Joaquina, la hija de Eugenio y Carmen, de los muchos
que le crecen en su corral. Ya lleva un par de años creciendo y creciendo,
levantándose hasta más arriba de los dos metros. Y ha sido este año cuando me
ha dicho, «aquí estoy yo» y se ha puesto por bandera el primero de sus frutos.
Mi compañero, el P. Ángel, que de todo sabe mucho, me ha dicho que el AZOFAIFO,
con ese nombre se le conoce también, por la firmeza y maleabilidad de su
madera, se emplea para hacer bieldos para recoger los haces de cereal y para
aventar la parva en la era. Aunque, si hacemos caso a las noticias que nos
llegan desde finales del siglo XVI (1585), se empleó, ni más ni menos, que para
construir las naves de la Armada Invencible.
Ya me está pidiendo ser trasplantado a tierra en el corralón del convento de
San José… Le daré gusto, no sé si antes de que haga acto de presencia el
frío o después de que se vaya, pues, en cualquiera de esos momentos, se puede
llevar a efecto su plantación. Me lo pensaré. Así dispondremos de sus drupas
que son verdaderos depósitos de sustancias medicinales empleadas en China desde
hace más de 4.000 años. Una de ellas muy importante es que es un soldado que
defiende a las células del organismo de la oxidación.
Me hubiera gustado un montón disponer de una gran cosecha de
frutas del JINJOLERO para hacerte partícipe de esa frutita tan especial y tan
rica en depósitos saludables, pero sólo tengo una.
El JINJOLERO ha empezado con humildad, sin ambición alguna,
enseñándome que está perfectamente dotado para producir, pero que no tiene
prisa en hacerlo, para no quemarse en el empeño. Es consciente de lo que afirma
el dicho: ”principio requieren las cosas”, él comienza a producir con
sencillez, sin apabullar. Y me pide que confíe en él y que mantenga la
esperanza de que irá in crescendo para satisfacerme plenamente.
Quedo a la espera.
Recibe mi saludo, mis
¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
19.9.2021. Domingo. (C. 1.374)
P. Alfonso Herrera Serrano. Carmelita.
Muy buenos días, P. Alfonso, buena información la que hoy nos informa cómo se va desarrollando su jinjolero, verá como sí consigue de el lo que espera para poder disfrutar de más frutos. Que tenga un buen día dedicado al Señor.
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