domingo, 22 de octubre de 2023

Flor de la Pasión.

FLOR DE LA PASIÓN

Volví a la ermita de la Virgen del Carmen, como hice el sábado pasado, para la celebración de la Eucaristía. En la ermita solamente se celebra la Eucaristía dos veces por semana, la víspera del domingo y el mismo  domingo, ambas fijadas a las diecinueve treinta horas.

La distancia que media desde la residencia de mis primos, en la que disfruto mis vacaciones, hasta la ermita supera los dos kilómetros, cosa que me ofrece la posibilidad de hacer un buen paseo, un paseo estupendo, con un descanso de tres cuartos de hora que es lo que viene tardando la celebración festiva de la Eucaristía. Unos cinco kilómetros entre ida y vuelta. Dicho paseo, como el que realizo a diario por el Paseo de Pescadores me viene muy bien y me sienta estupendamente, a pesar de que mi pierna derecha se queje. Pero "¿quién dijo miedo habiendo hospitales y cementerios?", que afirma el dicho.

El trayecto no es un camino aburrido ni solitario pues,  estando, como estamos, finalizando el mes de octubre, en la villa marinera de El Campello se da cita, todavía, mucha gente venida de diversos países, principalmente del norte de Europa, aunque no faltan personas con los ojos rasgados que nos hablan de países orientales. También se oye hablar con fonemas eslavos y rusos y, con todos ellos, se cruza uno por el camino ya sea en la ida, por el Paseo de la Mar o de Pescadores o, durante la vuelta por la Avda. de San Bartolomé. Incluso, a algunos, me permito el lujo de saludarlos en su propio idioma, como es el caso de aquellas gentes venidas desde Alemania u Holanda, iniciativa que los agrada. Lo que nos permite afirmar que esta villa de Campello viene a ser una especie un remedo de aquella Torre de Babel de la que nos ha llegado noticias a través del Libro Sagrado, de la Biblia  y, cuyo relato nos sirve para explicar  la existencia de la  gran cantidad de lenguas que se hablan en el mundo y que son vehículos de comunicación y entendimiento entre las gentes de distintos lugares del planeta.

La Biblia nos dice que los descendientes de Noé pensando en la situación por la que atravesaron sus antepasados y de la que se salvaron unos pocos,  echaban la culpa al mal comportamiento de los seres humanos que tuvo que ser malo, malo, muy malo, de verdad, porque hasta acusaron a Dios de abrir los aljibes del cielo y dejar caer sobre toda la tierra, para castigarlos, una ingente cantidad de agua que acabó con mucho de lo que hasta entonces había venido existiendo y que, viendo  los daños causados por aquel diluvio se comprometió Dios con Noé, su mujer, sus hijos y las mujeres de sus hijos, a no volver a permitir semejante hecatombe y como signo de ese compromiso, situó Dios, en lo alto del cielo, el arco iris. Pero, con el tiempo, los seres humanos descendientes de Noé quisieron echar un pulso a Dios y se pusieron a edificar una torre muy alta, que llegara más arriba de las nubes para, en el caso de que volviera a acontecer tamaño destrozo, pudieran salvarse. Pero, Dios, lejos de mandarlos una gran dana como la anterior, se le ocurrió confundirlos la lengua y, al no entenderse los unos con los otros, dejaron inconclusa la torre. Reunidos en grupos o familias, aquellos que se entendían en una lengua determinada, emprendieron camino, cada uno de los grupos, siguiendo los cuatro puntos cardinales o las indicaciones  de la rosa de los  vientos. Y así se pobló la tierra entera.

En mi caminar no solo me fijo y cambio saludos con quienes me cruzo, mostrando que soy una persona educada y gentil, sino que me voy fijando en todo aquello que acontece a mi alrededor. Ayer, por ejemplo, me apercibí de que el jardinero de la urbanización Cabo Mar, con esta urbanización se inicia la Avenida de Jaime I de Aragón, el Conqueridor (Conquistador), se había "cargado" la planta trepadora llamada científicamente con el nombre de PASSIFLORA CAERULEA y, por su origen guaraní, MBACUYÁ  o, familiarmente FLOR DE LA PASIÓN. Toda la maraña permanecía a este lado de la valla metálica de separación, sobre un peralte donde tratan de tirar para adelante otras plantas tapizantes que habían sufrido un castigo semejante con anterioridad.

Entre tanta confusión me llamó poderosamente la atención una de sus flores que permanecía mirando hacia arriba, todavía fresca y lozana, como pidiendo árnica, auxilio, ante los momentos terribles que se le avecinaban, abocada a su fenecer.

De mi bolsillo salió volando el telefonillo y, rápidamente, la fijé en una fotografía que ahora mismo pongo para tu disfrute al  contemplarla.

Muchas, muchas, fueron las ganas que me dieron de recoger los despojos de la MBACUYÁ para tratar de sacarla adelante en mi casa, pero no llevaba bolsa y, además, era un montón muy grande de ramas. Así que, allí se quedó la planta y, con ella, se quedó su FLOR DE LA PASIÓN, a la espera de morir por inanición.

Ella, hecha un primor para recibir de cara a la muerte, te lleva, antes de ajarse, mi saludo, mis

¡¡¡BUENOS DÍAS!!!

22.10.2023. Sábado. (1.704)

P. Alfonso Herrera. Carmelita.

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