ESTAMPA CAUDETANA.
EL PROGRESO.
Ayer no me pescó "la Santa Catalina" caminando por la Avenida de las Jornetas arriba. No fue debido a que hubiera emprendido el camino antes de lo normal, antes de que lo hiciera los días anteriores. Tampoco se debió a que hiciera frío porque la noche incipiente no llegaba trayéndose, de por ahí fuera, vientos fríos, gélidos pues, hacía un tiempo verdaderamente estupendo. Al aire no lo habían soltado de donde suele estar y la temperatura era muy agradable para lo alto que va el otoño. Así que creo que se debió a que las piernas estaban respondiendo y caminaban más alegres, más ligeras. Esa ha sido la razón, y no otra, de que sin mover la hora de salida haya llegado a la parroquia a tiempo de coincidir con el primero de los toques de campanas porque, mientras me encontraba fotografiando la torre de la parroquia de Santa Catalina, desde la calle Santísimo Sacramento, la campana grande, "la Santa Catalina", se puso a echar por la ventana que mira al este, sus tañidos avisándome de que dentro del templo daba comienzo el Santo Rosario.
Sí, ayer, sin que el camino "se encogiera", llegué a mi destino antes de lo que tenía por costumbre, cosa que me alegró un montón, aunque me hundiera, en la miseria, haber visto cómo un viandante joven, "divina juventud", me dejara, como clavado en la Avda. de la Libertad, mientras él se perdía, a lo lejos, en lo más alto de la Avda. de las Jornetas.
Ciertamente, ayer experimenté un PROGRESO.
(Mientras me iluminaba la luz que desprendían los faroles que ponen luz al manís de San Antonio, la campana Grande, "la Santa Catalina" se puso a "charrar" conmigo.
Recibe mi saludo, mis
¡¡¡BUENOS DÍAS!!!
11.10.2023. Sábado. (C.1.716)
P. Alfonso Herrera. Carmelita.
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