ESTAMPA CAUDETANA.
EL SÍMBOLO.
Corre por los medios de comunicación un villancico muy lindo que nos presenta al Hijo de Dios que toma nuestra naturaleza humana como un NIÑO luminoso, mejor, como LA MISMA FUENTE DE LUZ y así nos es presentado como LUZ DEL MUNDO y para alumbrar, con la luz de Dios, se nos presenta y así lo cantan.
Hacía algún tiempo que no subía por la Avda. de las Jornetas hacia la parroquia de Santa Catalina para cumplir con la encomienda recibida del responsable de la pastoral, el párroco P. Luis Torres Pérez, Carmelita, y esa ocasión se me presentó el domingo pasado así que después de cerrar el Manifiesto en el monasterio de las MM. Carmelitas eché a andar Avda. de la Virgen adelante hasta la Glorieta de la Cruz donde me detuve un rato delante de la imagen de la Patrona, la Virgen de Gracia, haciendo tiempo para que, cuando llegara a la parroquia, ya hubiera abierto la puerta Juan Doménech, el sacristán.
Cuando reinicié el camino y llegué a la altura de la primera de las casas de la Avda. de la Libertad, me llamaron la atención las luces intermitentes que surgían desde el suelo del jardín junto al primero de los peldaños de la escalera por la que se accede a la casa, cada una era de un color. Nunca había visto, en cualquiera de las ocasiones, de las muchas que he pasado por allí, aquellas luces.
El Domingo pasado era el primero de los de Adviento y Adviento es el período en el que el cristiano espera la llegada del Mesías, del Señor, de Aquel que viene a traernos la Palabra cálida de Dios que ilumina nuestro caminar para el encuentro con Él. Y, en mi pensamiento fue fácil caer en la cuenta de que aquellas luces intermitentes, como las de cualquier ambulancia, me estaba indicando que las gentes de aquella casa pretendían hacerme caer en la cuenta, a mí y a quienes pasaran por delante de la verja de aquel jardín, de que estábamos emprendiendo el camino del Adviento que nos conduce hacia la NAVIDAD DE JESÚS que celebraremos litúrgicamente dentro de tres domingo y las gentes de aquella casa ponían ante mis ojos el SÍMBOLO por excelencia de Jesús, el Hijo de Dios, que vino a ser luz en la plenitud de los tiempos, los últimos tiempos que Él inaugura con su llegada a este mundo.
Recibe mi saludo, mis
¡¡¡BUENOS DÍAS!!!
5.12.2023. Martes. (C. 1.739)
P. Alfonso Herrera. Carmelita.
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