ESTAMPA CAUDETANA
LA TRANQUILIDAD.
Ya lo sabes pues, te lo vengo diciendo desde hace algún tiempo. Una vez cada tres semanas me toca celebrar la Eucaristía en el monasterio de las monjas Carmelitas de clausura.
Este monasterio abre sus puertas a la Avenida de la Virgen de Gracia por la que, cada mañana, baja, como una avenida de agua, una tropita grande y gozosa, "RIO DE VIDA la bauticé yo en mis "buenos días" de hace unos días. Y te decía entonces que yo la contemplaba así, como un gran río de vida, porque, por ella, dirigen sus pasicos muchos de los niños de la Real Villa de Caudete para llegarse a los colegios situados a uno y otro lado del camino.
Ayer, no. Ayer la calma, LA TRANQUILIDAD, era absoluta, total, en la Avenida de la Virgen de Gracia, porque, como ves en la fotografía, hasta donde alcanza la vista, ni un almita infantil aparece, tampoco la de ninguno de sus papás, ni de sus abuelicos que suelen acompañarlos hasta la misma puerta del centro escolar correspondiente.
Solo rompía el silencio, la calma, LA TRANQUILIDAD, una campanita, la que luce bronce en la espadañica del monasterio de las MM Carmelitas de clausura que, con su sonido atiplado, sembraba sus tañidicos sobre la Avenida solitaria y sobre la muy maltrecha cubierta de la pérgola que, en primavera y verano, estuvo tupidica y verde y que, ahora, el otoño, la ha sometido a un duro castigo.
Sí, ayer LA CALMA, LA TRANQUILIDAD, ERA TOTAL, como aquella que encontraron Cristóbal Colón, los hermanos Pinzón y sus arrojados marineros cuando, camino de lo que, luego, sería conocido como Las Américas, entraron con sus barcos en aquel mar al que bautizaron de Los Sargazos. Los niños estaban, con toda seguridad, en su mar particular, en el de las sábanas blancas, porque, al celebrarse ayer la fiesta grande del 45 cumpleaños de LA CONSTITUCIÓN ESPAÑOLA, todo estaba cerrado a cal y canto, también las puertas de los centros escolares. Y, como esta fiesta es tan grande, tan grande, hoy tampoco van a hacerle la competencia, con sus vocecicas limpias como las de los castrati, a la campanica que, alegre, volverá a sembrar todo el contorno con sus tañidicos llamando al vecindario para que asistan a la misa que está a punto de comenzar.
Recibe mi saludo, mis
¡¡¡BUENOS DÍAS!!!
7.12.2023. Jueves (C. 1.741)
P. Alfonso Herrera. Carmelita.
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