miércoles, 3 de abril de 2024

La Sierra Alácera

ESTAMPA CAUDETANA.

LA SIERRA ALÁCERA.

Muchas veces te he hablado de LA SIERRA ALÁCERA que recoge el valle donde asienta sus reales la Real Villa de Caudete por su Norte, dejando a la sierra de La Oliva que haga lo propio por el sur. 

Siempre que lo he hecho ha sido desde la Avenida de las Jornetas porque, desde donde está programada la calle dedicada al escritor portugués José Saramago pero que, al presente solo tiene señalada la entrada porque ni a izquierda ni a derecha existe otra cosa que no sea el tapiz que ponen sobre las parcelas, las hierbas que crecen en lo que algún día serán dos guapos chalets. 

Desde lo que será entonces, la entrada de la calle dedicada al Nobel portugués, tiene LA SIERRA ALÁCERA una vista privilegiada, como recordarás de aquellas ocasiones en que me serví de ella para enviarte mi saludo mañanero.

Esta vez no obtuve la fotografía desde aquel lugar. Ayer por la tarde, cuando volvía de la parroquia de San Francisco dando un paseo largo para llegar a casa, se me llenaron los ojos con ella al contemplarla en el momento en que entré en la Avenida del Rey emérito, Don Juan Carlos I, para subir hasta la Avenida de la Virgen de Gracia y tirar por ella, con dirección al monasterio de las Madres Carmelitas de clausura ante cuya puerta siempre, siempre, me detengo y si voy cubierto, me descubro, para saludar al Santísimo Sacramento y a la Virgen Santísima nuestra Madre, la Virgen del Monte Carmelo, que están más allá del portón de la iglesia del monasterio. Tras lo cual, reemprendo el camino que me conducirá al convento.

Ayer apareció ante mí LA SIERRA ALÁCERA, toda ella despejada,  alumbrada por la luz mortecina de un sol, a punto de dormirse, que rebotaba en algunas nubes blanquecinas que se movían suavemente empujadas por un vientecillo por encima de ella.

En primer término, escondidico entre los árboles, se entrever el IES Rafael Requena y allá en la falda de la misma sierra, el vestigio que nos indica, a las claras, que la industria del hombre le "ha hincado el diente" para extraer de ella bloques de piedra de sus entrañas.

Recibe mi saludo, mis


¡¡¡BUENOS DÍAS!!!

3.4.2024. MARTES DE PASCUA. (C. 1.854)

P. Alfonso Herrera. Carmelita.

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