sábado, 18 de mayo de 2024

Todavía no han llegado.

ESTAMPA CAUDETANA. 

TODAVÍA NO HAN LLEGADO.

Hace un par de años "Batiste", Antonio Conejero Rdríguez, paró su coche eléctrico delante del portón del garaje del convento de San José (El Carmen).

En el maletero, dos amplias cajas de cartón y, en cada una de ellas, media docena de geranios a cual más bonito y hermoso. 

"Búsqueles lugar", me dijo por todo saludo. 

Sabía y sabe que a mí me "pirrían" las plantas, sobre todo, aquellas que se visten con flores. Por ello dejó en el suelo del garaje aquellas dos cajas de cartón con los geranios luciendo ya su primer florón.

Al ver tal regalo me las prometía muy felices. Lejos de mí estaba imaginarme en la situación en que iban a quedar todos ellos a la vuelta de unos meses. 

Todos los años nos visitan unas huéspedes indeseables. Pero hace dos años parece ser que se pusieron de acuerdo una inmensidad de ellas y, emulando a una marabunta, cayeron sobre los geranios como granizo sobre albarda y los trillaron. No lo hicieron como lo hacen los granizos con los cereales y las verduras de una huerta. Estas visitantes, unas mariposillas insignificantes y feas, venían con las hueveras a tope y como si fueran bombarderos sembraron de "bombas destructivas", de huevecillos,  a los geranios  y, al eclosionar estos, apareció un ejército de oruguicas que, cuál mineros, se fueron comiendo el alma de los geranios, de toda aquella docena de geranios con que nos había obsequiado "Batiste". Solo se salvaron dos ramas de otros tantos geranios. Las dos se fueron reponiendo con mi ayuda pues, el verano pasado, estuve al tanto y huevecillo blanquito que ponían, huevecillo que yo quitaba y, este año, agradecido, hasta el momento, uno de ellos, me ha hecho el favor de "pagarme" como mejor sabe hacerlo una planta, ofreciéndome sus vistosas flores. 

Y, ahí, tienes sus florones, todos abiertos de par en par, poniendo en el claustro del convento, desde todo lo alto, desde el slféizar de una ventana del primer piso, toda su frescura y hermosura pintada primorosamente con un color rojo vivo que, para sí, quisiera el mejor de los pintores.

Todo ello gracias a que, todavía, no han cruzado el estrecho de Gibraltar las  mariposillas marroquíes, con sus hueveras repletas de liliputienses huevecillos blancos listos para poner en libertad a los gusanillos minadores que se están gestando en ellos.

El geranio florido, superviviente de un montón que nos fue regalado hace dos años, te lleva hoy mi saludo, mis


¡¡¡BUENOS DÍAS!!!

18.5.2024. Sábado. (C. 1.897)

P. Alfonso Herrera. Carmelita.

No hay comentarios:

Publicar un comentario