domingo, 14 de julio de 2024

Séptimo día de a Novena en Honor de la Virgen María del Monte Carmelo.

ESTAMPA CAUDETANA. 

SÉPTIMO DÍA DE LA NOVENA EN HONOR DE LA VIRGEN MARÍA DEL MONTE CARMELO. 

En la Orden del Carmen toda la documentación oficial lleva el nombre que le es propio y no es otro que el que dio a conocer el padre predicador al iniciar la Eucaristía en el día de ayer, séptimo de la novena en honor de la Virgen María del Monte Carmelo, celebrado en la Iglesia conventual de San José de esta Real Villa de Caudete:

"HERMANOS DE LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA DEL MONTE CARMELO".

Nos decía el orador sagrado que en días precedentes nos había hablado, sucesivamente, del PATRONAZGO DE LA VIRGEN MARÍA SOBRE LOS CARMELITAS Y, TAMBIÉN, DEL TÍTULO DE MADRE DE TODOS NOSOTROS.

Hoy iba a centrar la homilía en torno a la Virgen María, nuestra Madre del Monte Carmelo como HERMANA NUESTRA.

La liturgia de la palabra consistió en tres lecturas: una tomada del segundo libro de los Reyes (5,14-18) en la que se cuenta como el general de los ejércitos sirios llamado Naamán es curado al bañarse siete veces en el río Jordán bajo la indicación del profeta Eliseo. Aquel hombre al verse con la piel limpia como la de un niño hizo profesión de fe, ante el profeta, en el único Dios que tal poder tenía y que no era otro que el Dios de Israel.

Por ser liturgia correspondiente al domingo siguiente añadió una segunda lectura, la propia del domingo, tomada de las cartas apostólicas, más concretamente, de la carta del apóstol San Pablo a los fieles de Éfeso (1,3-14) en la que el apóstol Pablo incluye un himno a Cristo cuyo tema, según el decir del papa, de feliz memoria, Benito XVI,

"toda la historia tiene como centro a Cristo".

La catequesis evangélica que se proclamó no fue la propia del domingo, como tampoco lo fue la primera lectura, sino otra tomada del Evangelio de San Lucas (8,19-21) en la que el evangelista nos dice que en una ocasión en que Jesús estaba predicando a mucha gente apiñada junto a él llegaron su Madre y sus parientes para hablar con Él pero, a causa del gentío, no pudieron llegar hasta donde se encontraban por lo que le hicieron llegar el recado de que Ella, su Madre, y sus parientes estaban fuera y querían hablar con Él a lo que contestó: 

¿Quiénes son mi madre y mis hermanos? Los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen"

Instaurando, así, un nuevo concepto de familia, la familia de los hijos de Dios. 

En su homilía el padre predicador echó mano del capítulo séptimo de nuestra regla, norma de vida de los Carmelitas, para presentarnos a la Virgen María del Monte Carmelo como una miembro más de aquella primera comunidad de eremitas que se estableció en un rellano existente junto al río, donde habían edificado una pequeña capilla dedicada, precisamente, a Ella, en su Inmaculada Concepción. Asumiendo el proyecto de vida de los eremitas viviendo en obsequio de su Hijo Jesucristo.

Desde los inicios de la orden ya se viene denominando a la Virgen María del Monte Carmelo, entre nosotros, entre los carmelitas, como HERMANA.

Una hermana con vara alta que va delante de sus hermanos como ejemplo a seguir durante esta vida en todos los aspectos, los que se elevan hacia el cielo y aquellos otros que van conformando el entramado de la vida de fraternidad. 

Ella, nos decía el predicador, es ejemplo del orante, pues orante y contemplativo era y es el fraile carmelita, para lo que se basaba en los primeros,  capítulos del evangelio de San Lucas en que la contemplamos escuchando la voz de Dios, reflexionando sobre ella y guardándola en su corazón. 

Ella es un ejemplo maravilloso del verdadero discípulo de Cristo, su Hijo, al que hay que escuchar, identificarse con él y seguirle.

Ella, seguía diciendo el orador sagrado, es un ejemplo para el trato diario, para andar por casa, para potenciar la fraternidad entre los miembros de la comunidad religiosa porque, siempre, siempre, está abierta al encuentro con su prójimo al que favorece constantemente en su necesidad.

Sí, durante los casi siete minutos que duró su disertación, fue desgranando cada una de las virtudes o gracias que ponía a disposición de sus hermanos los comprometidos con Ella en el seguimiento de su Hijo Jesucristo para hacer posible y viable una confraternización entre los miembros de toda comunidad carmelita, de modo y manera, que sean un grito profético en el devenir de los tiempos.

Recibe mi saludo, mis


¡¡¡BUENOS DÍAS!!!

14.7.2024. Domingo. 8° día de la novena en honor de la Virgen María del Monte Carmelo. (C. 1.954).

P. Alfonso Herrera. Carmelita.

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