lunes, 25 de diciembre de 2017

ESTAMPA CONVENTUAL. Es NAVIDAD,el cactus




ESTAMPA CONVENTUAL.
¡¡¡ES NAVIDAD!!!



Y lo es. Todo un símbolo.

Si vinieras por casa, por el CONVENTO DE SAN JOSÉ y subieras al claustro de arriba, verías el milagrito (pero, al fin milagro) o, acaso, no lo es que ese cactus liliputiense haya florecido hoy.
Pues si no lo fuera para ti, para mí lo es y de qué manera.

¿Qué celebramos hoy en el orbe católico y, por ende, en todo el ORBE?
Pues, eso, un milagro. EL MILAGRO por excelencia. TODO UN DIOS encerrándose en treinta o cuarenta cms. de niño recién nacido en el que confluyen, a la vez, DIOS y HOMBRE. "Dios, porque sólo Él puede hacer semejante cosa, sólo Él quiso hacerlo y porque lo hizo" según el decir de un santo padre de la antigüedad de cuyo nombre no me acuerdo en este momento y, Hombre, porque una jovencita nazaretana, de nombre María, le gestó y le parió. O, como quieras, como se autodenominará cuando sea mayor, porque es Hijo del Hombre:
¡¡¡DIOS Y HOMBRE!!!


Vamos que DIOS se llegó hasta nosotros para compartir mesa y mantel que, según el pensamiento semita, ámbito en el que se encarnó, no significa otra cosa que "COMPARTIR VIDA" la vida de los hombres. Realidad que, luego, traerá todo lo demás que sabemos por LOS EVANGELIOS.

En una jardinera, en el claustro alto del CONVENTO, alumbrada por un cactus chiquitín, animado, con toda posibilidad, por la luz que se cuela a través de una ventana con doble cristal, de esos que tienen cámara de aire que impide a las frigorías entrar dentro y  las frigocalorías salirse fuera y envuelto en una atmósfera que, aunque fresca, no mete miedo, mi cactus, mírale, HA FLORECIDO. Todo UN SÍMBOLO

Pues como floreciera el Deseado de las Naciones cuando llegó la plenitud de los tiempos. Inesperado, así de chiquitín, indefenso, como cualquier congénere de este lado de la existencia y en condiciones nada envidiables y, como hoy, la política haciendo de las suyas, entonces, un censo. Pero ¡qué afán de fastidiar al personal! y, encima, sin un riconcillo en el patio de una posada. Nada, ni un lugarejo para venir a este mundo, cosa que ni siquiera le ha ocurrido a mi cactus. Tuvo que conformarse con el hueco que, bajo un saliente, cobijaba del relente de la noche. Peor, mucho peor que mi cactus que ha venido a florecer en lugar más recogido, más acogedor, en el claustro alto del CONVENTO DE SAN JOSÉ, aquí en Caudete.

Todo contento, tarareando un villancico, parte volando hasta ti mi saludo,

               ¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
25.12.2017 NAVIDAD. P. Alfonso Herrera. O. Carmelitana

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