miércoles, 21 de marzo de 2018

ESTAMPA ALMANSEÑA. El Castillo


ESTAMPA ALMANSEÑA
EL CASTILLO.

Sigue la grúa plantada en todo lo alto de la peña donde también encuentran acomodo las ruinas de lo que, en otro tiempo, fuera plaza fuerte, lugar de defensa, cobijo de la población cuando venían mal dadas porque aparecieran por el horizonte despejado de arboleda, las mesnadas moras, cuando era, en fin, habitáculo del señor del lugar. Siguen, pues, las obras dentro del castillo para, primero, salvar un vestigio estupendo que habla, a las generaciones de ahora, de otros tiempos, de otras gentes, de sus ancestros, y de sus gestas. Posiblemente desde las torres y almenas sobre los almudes contemplarían, los habitantes del lugar, el paso pausado, pero firme, del Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha acompañado de su inseparable escudero, Sancho, camino de la Isla Barataria donde el bueno de Sancho sería nombrado gobernador. Y, en segundo lugar, nos da a entender que van a proveer, a dotar, al lugar de un ámbito enriquecedor para sus gentes y para cualesquiera  otras que acudieren a conferencias, cursillos, cursos, exposiciones o eventos potenciadores de cultura de la buena.
- Hoy me tocó venir a ejercer de capellán en el hospital de Almansa y, como ves, he sido testigo de la gresca que tiene montado el sol con unos cuantos cúmulos limbos que andan por ahí arriba a salto de mata. Aprovechando un momento en que se impuso el sol, le saqué la foto al castillo con un fondo de cielo azul purísimo. Y es que, no sé cómo andarán por La Mancha de Arriba porque lo que es por aquí abajo, por la Mancha Baja, un aire frío, frío, barre toda la zona como si fuera una escoba hábilmente manejada por esa borrasca que, en el primer día de la primavera astronómica, anda vistiendo de blanco toda la zona norte de España y arrojando agua, en cantidad industrial, por la zona sur, causando verdaderos problemas. Incluso se ha llevado al país de nunca jamás a un servidor del orden público, un guardia civil, que al tratar de auxiliar a tres personas, que se encontraban dentro de un coche, que había sido arrastrado por el agua del arroyuelo Galapagar que, de pronto, se hizo río bravo, también se le llevó a él en el desempeño de su deber (RIP).
- Por aquí, ni nieve, como veo en las fotos que me mandan gentes muy amigas de Reinosa y del valle de Peñarrubia en Picos de Europa, ni aguas torrenciales como las que jarrea la borrasca por Sevilla y por el Sur, en general, de las que nos hablan en los noticieros radiofónicos.
- Por aquí, frío y, por culpa del aire que campa a sus anchas..., mucha más sensación de frío. Si no fuera porque suena mal diría con el dicho popular «hace un frío que se  .... el áscua» por lo que me voy a contentar con aquel otro que dice «hace un frío del ......» o el más completo: «cuando el cuervo vuela bajo, hace un frío del ......»
Confío, no obstante, en que no se cumpla el deseo de un caudetano que decía ayer: «espero que este frío me libre de recoger la cosecha de la almendra» Sería una verdadera pena que todos los campos de almendros de la zona se vieran hundidos en la miseria porque, el frío, al bajar tantos peldaños del termómetro, se llevara consigo al suelo las flores y, con ellas, el fruto. Ciertamente sería una hecatombe que traería consigo, para las próximas Navidades, un subidón «de aquí te espero escopeta» en el precio de las tabletas del turrón de aquí al lado, de Jijona.

Con el colorete que le ha  sacado el frío en el primer día de primavera,  va a buscarte mi saludo, mis

          ¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
21.3.2018 P. Alfonso Herrera. O. C.

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