martes, 17 de julio de 2018

El Concierto



ESTAMPA CONVENTUAL.
EL CONCIERTO.



No había concluido el organigrama de la fiesta en torno a la carrera conmemorativa del Atleta del Pueblo, Antonio Amorós que fuera campeón de España y que hiciera buenas carreras por los estadios de por fuera de las fronteras patrias, en la que se tenían que completar 10,600 kilómetros por las calles del pueblo, la de El Molino, la nuestra, era una de ellas, cuando en lo más alto del pueblo daba vueltas sin parar la campanita de la ermita de Santa Ana. Los sonidos que se sacaba así misma iban cayendo suave y pausadamente, cual si fueran copos de una gran nevada, sobre los tejados del pueblo. Por las ventanas abiertas, estamos en la provincia de Albacete, pero es como si estuviéramos en el mismísimo Toledo, por aquellos de «las noches toledanas», se colaban dentro de las casas  el tin-tan, tin-tan. Anunciaba la cena que la Asociación de Santa Ana había montado para dar el «pistoletazo de salida» a las jornadas festivas en torno a la Santa y nos apercibían para que estuviéramos atentos para ver desde lejos el castillo de fuegos de artificio que iba a pintar de colorines la tersa, por el calor, noche abriendo así la puerta a las celebraciones festivas de Santa Ana (espero que no se olviden de San Joaquín, y no lo digo por Joaquinín porque, éste, por trabajar, ni respirar se permite. NO, él no está de fiesta, lo digo por el esposo de Santa Ana).
Habían terminado y digerido la cena, las luces de colores que había encendido en el cielo el castillo de fuegos artificiales se habían quedado a oscuras, con la oscuridad de la noche. Pero el campanillo de la ermita seguía sembrando por todo el pueblo su toque chillón. Por última vez lo oí a las 01,50 horas antes de caer por la pendiente hasta la profundidad del sueño.
Cuando morfeo dejó de trabajar y se fue a descansar un ratito, me puse en pie y, tras rezar los Laudes y de desayunar un poco, me bajé al claustro bajo para regar plantas y patio porque, hoy, el claustro se va a poner de tiros largos. Esperábamos a la orquesta de cuerda del pueblo para dar un concierto con motivo de las fiestas del Carmen (al finalizar cada interpretación y antes de que echaran humos las palmas de los asistentes, el director, con los intérpretes puestos en pie, hacía de vitorero y lanzaba la aclación:¡VIVA LA VIRGEN DEL CARMEN! y toda la concurrencia, a una sola voz, contestaba ¡VIVA! Y, acto seguido, sonaban los aplausos. Era una delicia ver  a los músicos desde el claustro alto cómo le sacaban los sonidos conjuntados a las cuerdas de sus instrumentos y, sobre todo, daba pleno gozo contemplar el entusiasmo de los asistentes que, libres de pago, era con entrada libre, disfrutaban del arte de la jovencita orquesta de cuerda del pueblo y les agradecían, con sonoros aplausos, las sucesivas intervenciones, a cual mejor, del programa preparado para el deleite de la concurrencia.
Eran las doce del mediodía cuando el director, batuta en mano, daba la salida. Los melómanos buscaban la sombra donde la hubiera, hasta al amparo de los cipreses,  porque el sol, con una puntería astronómica, barría gran parte del claustro y lo hacía sin miramientos, a lo bestia.
El momento más entrañable para mí fue cuando el director sacó de debajo de la sombra al miembro más chiquitito del conjunto y daba gloria verle interpretar y manejar el violín con una maestría que embobaba.
Desde la ventana de mi cuarto gravé la pieza sacada de la película Ben Hur, «La estrella de Belén» para que tú también disfrutes, siquiera sea una pieza del repertorio arrancado a las cuerdas. Espero que te guste.

Y en esa fía te va para allá mi saludo, mis

          ¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
17.7.2018. Martes.
P. Alfonso Herrera O. C.  alfonsoherr@gmail.com

Ahí tienes la imagen de la VIRGEN DELCARMEN que ocupa el cuartel central de la casa donde nací. Es de 1918 (100 años ya) porque en ese año construyó la casa el tío Jesús. que hablé ayer. La del artista azulejero Luna. ¿A que es guapa,? Me la ha mandado mi pariente Esperanza.

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