martes, 24 de julio de 2018

El fin de la Fiesta


ESTAMPA CAUDETANA.
EL FIN DE LA FIESTA.



Aconteció ayer por la tarde. Serían las 18,00 horas cuando Claudio Sivó se acercó por casa para sacar la máquina elevadora que tan bien nos vino para levantar, primero toda la estructura de la tradicional alcachofa en la Plaza del Carmen, aledaña al CONVENTO QUE, SIENDO DE SAN JOSÉ, se le conoce como «EL CARMEN». El viernes la cuadrilla de MIGUEL CORAZÓN, gentes animosas y ¡buena gente! se dieron cita para montar el entramado del que tenía que pender la alcachofa dentro de la cual estaría la preciosidad de niña, Martina, que habría de cantar a la Virgen del Carmen al concluir el periplo procesional que llevaría a la Imagen por las calles de Caudete. Con ellos, Domingo, el sacristán de la parroquia de San Francisco, hombre técnico y muy entendido en asuntos de electricidad, dispuso lo necesario para llevar la corriente eléctrica, que también nos cedía el Exmo. Ayuntamiento, hasta donde debería empalmar a la alcachofa. Lo hicieron a las mil maravillas y de modo magistral con la ayuda inestimable de una máquina elevadora que nos había agenciado el Exmo. Ayuntamiento solicitándola a la empresa de Hijos de José Sivó. (Ya te di noticia del hecho el sábado pasado). El domingo por la mañana dejaron montada la alcachofa tras hacer las pruebas pertinentes con el fin de prevenir el más mínimo fallo.
Lo hicieron tan bien que no hubo ninguno y la niña pudo saludar a la Virgen con su canto precioso traído por una voz maravillosa.
Claudio Sivó, que por la mañana se había acercado al CONVENTO para darle un repaso a la máquina elevadora (dando cumplimiento a aquello que encerró la sabiduría popular en el refrán; «el ojo del amo engorda el caballo» o aquel otro que pide: «hacienda que tu amo te atienda o si no que te venda») con el fin de que nada fallara por la tarde ya que volvería la cuadrilla de MIGUEL CORAZÓN, al finalizar su jornada laboral, y Domingo, el sacristán de San Francisco, para proceder al desmontaje de la estructura y a guardarla en el garaje del CONVENTO.
 A los mandos de la máquina el dueño, Claudio Sivó, diestro en el manejo del artilugio, los operarios de Miguel Corazón, trabajaron diestra y rápidamente de modo que en un ratico de nada, dejaron la Plaza del Carmen expedita para el uso y disfrute del lugar para aparcamiento de vehículos a motor.
Estas buenas gentes, Claudio, Miguel Corazón y su cuadrilla de empleados y el bueno de Domingo, pusieron el broche final, yo diría que de oro, a todo el evento festivo para honrar a la Madre del Cielo en su advocación del Carmen hasta otra ocasión festera.
Mientras esto tenía lugar en la plaza del Carmen, dentro de la Iglesia, Joaquinín se había encargado de desmontar y guardar la carroza donde fuera la Virgen del Carmen por las calles del pueblo y Asunción, su hijo Juan, y Pedro, guardaron los vestidos de la imagen, a buen recaudo, en una de las habitaciones del noviciado del CONVENTO DE SAN JOSÉ hasta un nuevo año.
Yo, que soy nuevo en la plaza, he quedado profunda y gratamente sorprendido al ver cómo responde la gente caudetana, con su Alcaldía al frente, a colaborar desinteresadamente para que éste y otros eventos festeros salgan sin fallo alguno, de maravilla.
Desde lo más profundo de mi ser, no puedo por menos, que agradecer de modo entrañable a tanta gente como ha colaborado para que todo saliera a pedir de boca.

Contento se escapa, para hacerse el encontradizo, contigo, mi saludo, mis

          ¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
24.7.2018. Martes. P. Alfonso Herrera, O. C.   alfonsoherr@gmail.com

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