jueves, 5 de julio de 2018

Una Visita


ESTAMPA CONVENTUAL.
UNA VISITA.




Hoy tuvimos en el CONVENTO DE SAN JOSÉ una agradabilísima visita. Un buen grupo de HERMANAS CARMELITAS DE LA VIRGEN MARÍA DEL MONTE CARMELO a cuyo frente venía la Superiora General, Hermana Merry Teresa, natural de Indonesia, se llegaron hasta en convento. El grupo estaba formado por religiosas de Indonesia, Timor, Santo Domingo y algún país de África a las que acompañaban las hermanas que forman la comunidad de la Residencia de ancianos de Caudete.
Se habían dado cita con otras muchas hermanas en Tales de Castellón para asistir a un curso de formación y, concluído éste, antes de reintegrarse a sus comunidades respectivas, decidieron visitar el lugar donde nacieron como Institución Religiosa, EL CONVENTO DE SAN JOSÉ DE CAUDETE.
Las recibió el claustro barroco del CONVENTO que les impactó causándoles tal admiración que la dejaban traslucir sus exclamaciones.
El motivo de la visita, ya te lo insinué antes, era conocer personalmente el lugar, la cuna, de la INTITUCIÓN RELIGIOSA de la que forman parte por especial vocación del Espíritu Santo.
Ya hace 127 años desde que un grupo de ocho jóvenes animosas e ilusionadas iniciaron su noviciado bajo los auspicios y dirección del prior del CONVENTO DE SAN JOSÉ, en aquel entonces el P. Cirilo Font. Un año después emitieron sus votos siete porque una dejó el proyecto. Había nacido la Institución religiosa de LAS HERMANAS DE LA VIRGEN MARÍA DEL MONTE CARMELO.
En cien años, mimadas por el Espíritu del Señor, tienen presencias en España, en Europa, en África, en Santo Domingo, en Haití, en Perú en Indonesia, en Timor Lest a un ratito de vuelo, en avión, de Australia, desde donde son requeridas para que funden y se hagan presentes amparadas, de momento, por los frailes Carmelitas de aquel continente metido en una gran isla, al que llaman Oceanía.
Ya lo ves en la foto. El color de su piel nos habla a gritos de los distintos orígenes o lugares de procedencia.
Pasaron un ratito gozoso. Desbordaban alegría, lazo que a todas unía en una misma realidad, en la FRATERNIDAD DEL CARMELO. Alguna hubo que renovó, emulando a las primeras religiosas de la institución, su compromiso, sus votos, en el mismo lugar y con el mismo entusiasmo que las iniciadoras de un proyecto del que, ellas, un siglo y pico después, han venido a formar parte.
Daba gusto verlas. En sus rostros iluminados asomaban los sentimientos que les fluían desde la profundidad de sus corazones. Parecían unas chiquillas jugando en el patio de una escuela.
Como no pudieron llevarse a cuestas el lugar donde nació la Institución Religiosa de la que forman parte, metieron cada rinconcito, cada cuadro, cada lugar común en sus respectivos teléfonos móviles para llevar noticia detallada a las hermanas que quedaron en sus comunidades de origen.
Hacía calor a las 17 horas. El azogue hacía equilibrio por encima de los treinta grados. Pero no fue óbice para que se trasladaran hasta La calle que ostenta el nombre de la Fundadora, Madre Elísea, para ver la casa que, hace 127 años, fuera el noviciado de aquellas SIETE INTRÉPIDAS JÓVENES con las que comenzó todo. Una cerámica que recuerda el primer centenario de la Institución, rompe la uniformidad de la fachada de lo que fuera noviciado.
Fotos y más fotos para luego bajar andando, buscando la sombra, hasta la Residencia de Ancianos desde donde reemprenderían viaje para llegarse hasta Orihuela donde tienen la CASA MADRE DE LA INSTITUCIÓN.  Una de las religiosas tomó en su mano una cría de vencejo que había caído del nido y la depositó sobre el grateco de la Plaza Nueva. Cuando dejaba a las hermanas a la puerta de la Residencia, la campana de la parroquia de San Francisco, reclamaba mi presencia a la vez que nos convocaba al rezo del Santo Rosario. Seguía ofendiendo el sol cuando le pescaba a uno al salir de la protección que brindaba algún árbol.

Rompiendo el aire quiere acercársete mi saludo, mis

          ¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
5.7.2018. Jueves, P. Alfonso Herrera, Orden Carmelita

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