sábado, 20 de octubre de 2018

Obra Efímera


ESTAMPA FORÁNEA.
OBRA EFÍMERA.
Hay artistas que no se pueden permitir el lujo de contratar los servicios de una sala de exposiciones para mostrar su obra y, entre éstos, no faltan aquellos que se dejan llevar por el tiempo, por el buen tiempo, que les depara la posibilidad de encontrar la mejor de las salas para realizar y exponer su obra, amplia, luminosa, muy frecuentada, la playa.
No sé si el artista desconocido que trabaja en la playa de El Campello, emplea huevo mezclado con la arena de la playa que utiliza para su obra, con el fin de que no se desmoronen sus esculturas. Me parece que no. No veo cascarones por ningún lugar y, sí, un cubo con agua de la mar.  También he visto cómo para realizar su obra, el artista, se sirve solamente de una pequeña paleta de albañil.
Cuando fui ayer a pasear por el Carrer de la Mar de El Campello  era un poco más de medio día. No había llegado a la famosa confitería Pérez y había dejado atrás la chocolatería Valor aunque no el riquísimo olor que levantaba los jugos gástricos del sopor en el que habían caído tras el desayuno mañanero y que, ahora, al pasar frente a la famosa chocolatería,  trataban de quebrantar mi firme propósito de pasar de largo. No pudieron conmigo y, estando en esas, llegué a "la sala de exposición". Se me vino el alma a los pies. La lluvia que antes de ayer por la noche, que cayó, durante unos 15 minutos, sobre la zona con violencia, había hundido la obra del artista y, éste, cual niño que ve desaparecer su castillo por una inoportuna ola a la vera del agua de la mar, vuelve a levantarla con empeño e  ilusión.
En ello estaría cuando alguna razón de peso le hizo dejar su obra inconclusa.
 Había una gorra, con la que solicitaba ayuda el artista al transeúnte, rompía la homogeneidad de la pared que separa el paseo marítimo de la arena de la playa y que sirve, además, de asiento a los paseantes. En la gorra ni un céntimo y entre el cocodrilo, descabezado todavía, y el dragón solo dos monedas de a céntimo cada una. Quiero pensar que el artista habría hecho acopio de las donaciones de la mañana y, con ellas, se encontraría reponiendo fuerzas en cualquiera de los figones que saturan la zona.
Yo llevaba paraguas pero no lo necesité. No volví a pasar por el lugar en la tarde de ayer.
 Supongo que el artista, viajero con el tiempo, concluiría, a lo largo de la tarde, la restauración de su obra venida a la nada con la pertinaz lluvia que descargó sobre El Campello, antes de ayer por la noche.
Hoy lo veré y te lo contaré.

Mientras tanto sale a buscarte mi saludo, mis

          ¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
20.10.2018. Sábado. P. Alfonso Herrera, O. C.

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