ESTAMPA CAUDETANA.
ESPINA DE CRISTO
ESPINA DE CRISTO
(EUPHORBIA MILII SPLEND)
Me traje de la Residencia de Ancianos un esquejito de CORONA DE CRISTO. (La llaman CORONA DE ESPINAS DE CRISTO, pero, la verdad, en nada se parecen las espinitas de la EUPHORBIA a aquellas de espino blanco de Israel que se caracteriza por su aguzada punta y su dureza que, en el caso de la CORONA DE ESPINAS que "encasquetaron" en la cabeza a Jesús. La espina de aquel arbusto era larga durísima y fina que le hirió el epitelio de los huesos de la cabeza del Señor produciéndole un dolor horrorosísimo).
Una de las Hermanas Carmelitas, dándose cuenta de mi interés por la planta, separó un esquejico, no más grande que cuatro dedos de mi mano.
Después de que cicatrizó la herida que se produjo al ser desgajada de la planta madre, la planté entre otras parientes mediograssas para que impidieran que el sol se la zampara con su conocida voracidad.
Unos días antes de que se despidiera la primavera para dejar sitio al verano 2020, la saqué de aquel angosto y asfixiante lugar donde el parentesco no es óbice para que las primas dejaran de ahogarla.
Pugnaba, la pobre, por asomarse a la calle de El Molino para ver el ir y venir de las gentes de la Real Villa de Caudete. Pero no lo conseguía a pesar de que, silenciosamente, había izado dos ramitas para que hicieran de periscopios. Pero, ni con esas llegaba, la pobre, a alzarse por encima de sus congéneres y así, solo sentía la calle, pero no la veía.
Viendo su padecimiento y tristeza, le busqué un lugar más ámplio y soleado porque has de saber que hace muy buenas migas con el sol cuando ya está bien enraizada porque, de jovencita, quiere sombra muy iluminada, como leche con un poquitín de café.
Un crisantemo, que compartía jardinera con una guindilla en el alféizar de una ventana del claustro alto, le dejó su lugar cuando se marchó a visitar a un hermano con el fin de ir preparándose juntos para la fiesta de Todos los Santos.
Ahí la ves. Cambió el barullo de la plaza del Carmen y de la calle El Molino por la tranquilidad luminosa de una de las ventanas del claustro alto del convento de San José (El Carmen).
Mira qué coqueta. No ha hecho nada más que plantarse allí, en lo alto para dejarse querer por el sol y, ahí la tienes, agradecida, poniéndose unas florecillas que parecen empolvadas con colorete de esencia de vainilla, para obsequiarle al sol y a nosotros cuando nos paramos delante de ella a contemplarla.
Tiene unas espinas que las emplea como arma defensiva contra todo bicho que se acerque a ella con malas intenciones y, si por si acaso no bastara, guarda dentro de sí una savia tóxica que hace mucho daño cuando logra llegar a alguna mucosa de roedores y mamíferos que se metan con ella, también al hombre.
Se la llama como ESPINA DE CRISTO y, seguro, seguro que la llaman así por las espinas y por el color rojo de sus flores c o n que se acicala allí de dónde es natural, de aquella isla muy grande del este africano que se llama Madagascar. Pero, cuando viaja fuera de su tierra y se llega a zonas septentrionales, saca del baúl un trajecito tan chulo, tan chulo, como el que ves en la fotografía. Aunque yo creo que se ha vestido así porque el Viernes Santo queda muy lejos en el tiempo y, este año, mucho más por la pandemia traída por el tal Covid 19 y es aquel día cuando luce el color rojo sangre que junto a las espinas es el conjunto adecuado para aquel día. Pero para hoy, no. No pega, porque hoy celebramos EL PURÍSIMO CORAZÓN DE MARÍA, LA MADRE DE CRISTO JESÚS y el luk más adecuado es el que ha seleccionado de entre los conjuntos que guarda en su baúl de viaje.
(La tonadillera, Doña Concha Piquer, hubiera querido disponer de un baúl tan estupendamente surtido como el que posee la EUPHORBIA ILII SPLEND). Y ¡Qué género tiene el vestidico!
Y es que la VIRGEN MARÍA de la que hoy celebramos SU PURÍSIMO CORAZÓN, se merece eso y mucho más.
Recibe mi saludo, mis
¡¡¡¡¡¡BUENOS DIAS!!!!!!
20.6.2020. Sábado
Me traje de la Residencia de Ancianos un esquejito de CORONA DE CRISTO. (La llaman CORONA DE ESPINAS DE CRISTO, pero, la verdad, en nada se parecen las espinitas de la EUPHORBIA a aquellas de espino blanco de Israel que se caracteriza por su aguzada punta y su dureza que, en el caso de la CORONA DE ESPINAS que "encasquetaron" en la cabeza a Jesús. La espina de aquel arbusto era larga durísima y fina que le hirió el epitelio de los huesos de la cabeza del Señor produciéndole un dolor horrorosísimo).
Una de las Hermanas Carmelitas, dándose cuenta de mi interés por la planta, separó un esquejico, no más grande que cuatro dedos de mi mano.
Después de que cicatrizó la herida que se produjo al ser desgajada de la planta madre, la planté entre otras parientes mediograssas para que impidieran que el sol se la zampara con su conocida voracidad.
Unos días antes de que se despidiera la primavera para dejar sitio al verano 2020, la saqué de aquel angosto y asfixiante lugar donde el parentesco no es óbice para que las primas dejaran de ahogarla.
Pugnaba, la pobre, por asomarse a la calle de El Molino para ver el ir y venir de las gentes de la Real Villa de Caudete. Pero no lo conseguía a pesar de que, silenciosamente, había izado dos ramitas para que hicieran de periscopios. Pero, ni con esas llegaba, la pobre, a alzarse por encima de sus congéneres y así, solo sentía la calle, pero no la veía.
Viendo su padecimiento y tristeza, le busqué un lugar más ámplio y soleado porque has de saber que hace muy buenas migas con el sol cuando ya está bien enraizada porque, de jovencita, quiere sombra muy iluminada, como leche con un poquitín de café.
Un crisantemo, que compartía jardinera con una guindilla en el alféizar de una ventana del claustro alto, le dejó su lugar cuando se marchó a visitar a un hermano con el fin de ir preparándose juntos para la fiesta de Todos los Santos.
Ahí la ves. Cambió el barullo de la plaza del Carmen y de la calle El Molino por la tranquilidad luminosa de una de las ventanas del claustro alto del convento de San José (El Carmen).
Mira qué coqueta. No ha hecho nada más que plantarse allí, en lo alto para dejarse querer por el sol y, ahí la tienes, agradecida, poniéndose unas florecillas que parecen empolvadas con colorete de esencia de vainilla, para obsequiarle al sol y a nosotros cuando nos paramos delante de ella a contemplarla.
Tiene unas espinas que las emplea como arma defensiva contra todo bicho que se acerque a ella con malas intenciones y, si por si acaso no bastara, guarda dentro de sí una savia tóxica que hace mucho daño cuando logra llegar a alguna mucosa de roedores y mamíferos que se metan con ella, también al hombre.
Se la llama como ESPINA DE CRISTO y, seguro, seguro que la llaman así por las espinas y por el color rojo de sus flores c o n que se acicala allí de dónde es natural, de aquella isla muy grande del este africano que se llama Madagascar. Pero, cuando viaja fuera de su tierra y se llega a zonas septentrionales, saca del baúl un trajecito tan chulo, tan chulo, como el que ves en la fotografía. Aunque yo creo que se ha vestido así porque el Viernes Santo queda muy lejos en el tiempo y, este año, mucho más por la pandemia traída por el tal Covid 19 y es aquel día cuando luce el color rojo sangre que junto a las espinas es el conjunto adecuado para aquel día. Pero para hoy, no. No pega, porque hoy celebramos EL PURÍSIMO CORAZÓN DE MARÍA, LA MADRE DE CRISTO JESÚS y el luk más adecuado es el que ha seleccionado de entre los conjuntos que guarda en su baúl de viaje.
(La tonadillera, Doña Concha Piquer, hubiera querido disponer de un baúl tan estupendamente surtido como el que posee la EUPHORBIA ILII SPLEND). Y ¡Qué género tiene el vestidico!
Y es que la VIRGEN MARÍA de la que hoy celebramos SU PURÍSIMO CORAZÓN, se merece eso y mucho más.
Recibe mi saludo, mis
¡¡¡¡¡¡BUENOS DIAS!!!!!!
20.6.2020. Sábado
Día 98 de confinamiento
P. Alfonso Herrera Serrano, Carmelita.
Muy buenos días , P. Alfonso, una vez más nos demuestra su interés por las plantas y su bien cuidarlas , bonito sobre nombre el que le han puesto a la planta.Que tenga un buen sábado .
ResponderEliminar