viernes, 26 de febrero de 2021

El Adiós

ESTAMPA CAUDETANA.

EL ADIÓS

(Las últimas hojas del corralón del convento de San José El Carmen)


Ya había yo recogido gran parte de la hojas que fueron cayendo al suelo desde las copas de los árboles que ponen su toque verde selva en el corralón del convento de San José (El Carmen) y las había mezclado con tierra y palomina para conseguir un estupendos compós  para la tierra y proporcionar nutrientes a la foresta del corralón. Había tapado el montón con una lona, no tanto para favorecer la putrefacción, pues es sabido que el oxígeno lo hace de maravilla, sino para evitar que las gallinas con sus poderosas patas echaran abajo todo mi trabajo. Pues, ni con esas. Las muy dañinas se las agenciaron para apartar la lona y..., se zamparon la palomina y, para hacer semejante fechoría, esparcieron hojas y tierra y, heme aquí, volviendo a rehacer  el montón de tierra y una parte de las hojas. La palomina pasó a convertirse en proteína gallinácea.
Otro gran montón de hojas dejaron su ente real para convertirse en otra cosa, en ceniza.
Sobre esa ceniza deposité ayer el resto de las hojas, las que ves en la fotografía que ilustra mi escrito de hoy, quedando a la espera de que mi compañero, al que yo nomino amigablemente, "Padre Cerilla" porque, además de dotar, con el tufillo de sus cigarrillos, los adentros del convento, disfruta, de modo especial, metiéndole la cerilla a las hojas, ya secas, rociadas con el alcohol de la botella que ves, aledaña al montón de hojas llamadas a convertirse en una pira, y sigue disfrutando, el "Padre Cerilla, al ver cómo se eleva una columnita de humo hacia lo alto que, luego, viaja por el aire en busca de ventanas abiertas en el vecindario para colarse en las casas, cosa que no agrada mucho, que digamos, a algunos de ellos.
Sí, esas hojas que, a simple vista, parecen feas, pura basura. Ni son feas, ni son basura. ¡Ni mucho menos!  Son energía, vida, en potencia.
Sabes, ya te lo he dicho con anterioridad, que las hojas son verdaderos almacenes de minerales, esos minerales que las raíces de los árboles succionaron de las entrañas de la tierra  y que, por medio de la fotosíntesis, fueron convirtiéndose en el alimento del árbol. Y esa riqueza queda liberada del encarcelamiento en las hojas secas, porque, cuando, éstas, dejan de ser entes con realidad sensible, al arder y convertirse en humo, dejan toda su riqueza hecha ceniza y, ésta, toda ella, es oro puro porque es pura energía, llamada a enriquecer la tierra y a dar vida a la foresta que en ella crece.

Ayer quedó limpio, limpísimo, el corralón del convento. Solo un montoncico de hojas secas, queda, queda, como testigo mudo de otros tiempos, tiempos hermosos, vestidos con colores vistosos y de aquellos otros en que el frío y la exigencia biológica los alfombró con un color oscuro, tristón, esperando que el "P. Cerilla" haciendo de las suyas, le reduzca a no ser, siendo ceniza.

Recibe mi saludo, mis

      ¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
26.2.2021. Viernes.  (C.  1.185)

P. Alfonso Herrera Serrano, Carmelita.

2 comentarios:

  1. Muy buenos días, P. Alfonso ,ya nos ha puesto al corriente de como se encuentra el corralón limpio y con todo su abono preparado para en su momento hacer su provecho. Que termine bien el día.

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  2. Buenos días Pp Alfonso,
    Que abilida para hacer de un montón de hojas secas
    Un abono para fertilizante
    Muy instructivo
    Esque conforme lo cuenta resulta muy ameno
    Incluido el padre cerilla
    Que gracioso resulta
    Me encanta ..
    Balla nuestro saludo y que tenga un buen día

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