sábado, 27 de febrero de 2021

Los Narcisos del Corralón

ESTAMPA CAUDETANA.
LOS NARCISOS DEL CORRALÓN.


Cuando la gruesa capa de hojas de nogales, gratecos, lilos, oliva, cipreses, melocotonero, cerezo higueras, membrillero, parras, kaki, albaricoqueros, níspero falsa pimienta o sauce llorón, adelfas, bambú, tabaqueras, galán de noche, madreselva, rosales, malvas reales, lirios de África, Margaritas gigantes y algunas de algarrobos, también aquellas que el aire trajo en volandas y que se dejaron caer, desde todo lo alto, balanceándose, sobre el corralón del convento de San José (El Carmen), fueron retiradas de la superficie del corralón, aparecieron ellas que ya estaban haciendo esfuerzos ímprobos por asomar de aquel mar de hojarasca, sus preciosos "periscopios" amarillos, sus corolas, hermosas y únicas, en algunos de los casos, o liliputienses, en otros. Ahora, sin la amarga tiranía que imponía el totalitarismo seco de las hojas secas, son y constituyen la nota más linda del collage corraliego.
Además, como los Tercios del Gran Capitán en Flandes, ellos, con sus flores, plantan su lanza allí donde seis gallinas no dejan medrar planta alguna y donde no tienen futuro alguno ningún bicho viviente fuera de un gato que, alguien echó al corralón por encima de la valla hecho un ovillico maullador, muerto de hambre, y que, al día de hoy, se han hermanado y da gusto ver, me dice el P. Ángel, ver cómo comparten pitanza picos de gallinas y fauces gatunas o ver como toman el sol en comandita.  Pues, bien, el batalloncico gallináceo respeta, con gran delicadeza a los Narcisos y a un Jacintico que está a punto de abrir las florecillas lilas de sus piñitas.

No me explico las razones por las cuales, las gallinas  depredadoras, tienen firmado un acuerdo de respeto total a las plantas, con nombres de varón, Narcisos y Jacinto.
Yo pienso, y así te lo he dicho alguna vez, que el respeto que les profesan está en el color de las flores o en el olor que desprenden las plantas o posible toxicidad de las mismas.  Por elucubrar un poco, he dado en pensar que, cuando Dios puso a vivir a los seres que pululan por el planeta, les dejó muy claro, a aquellos seres vivos primigenios, que se reservaba para Sí, todo aquel ser vivo, ya fuere animal o vegetal, que desplegara sobre sí mismo el color amarillo y les advertiría muy seriamente que, quien se atreviera a meterse con ellos podría perder la vida. Y, claro, aquella orden divina ha venido transmitiéndose ininterrumpidamente por vía genética. En aquella ocasión te ponía ejemplos muy significativos, las serpientes marinas que adornan su largo cuerpo alternando anillos de color amarilla y negro, de la selva brasileña te citaba a una ranita, decorada de la misma manera que la serpiente y, de la foresta no me acuerdo qué ejemplo te puse, posiblemente, el Narciso. El caso es que la media docena de gallinas pasan a su lado y, ni mirarlas, o, incluso, se reúnen los volátiles y el mamífero en su cercanía y ni caso.

Al verlas de esa guisa, sin pensarlo un momento, les hice un alcorquico para proceder a su riego y, tras hacerlo, las regué y pronto vi su agradecimiento, pues me daba la impresión de que los pedúnculos que sostenían las corolas de las flores, fueran las grandes o las liliputienses se empinaban vivamente para "presumir" con ellas. Y ¡Vaya! si lo hacen.


Ellos, los narcisos del corralón del convento de San José, te llevan hoy mi saludo, mis

      ¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
27.2.2021 sábado.  (C. 1.186)

P. Alfonso Herrera Serrano, Carmelita.

1 comentario:

  1. Muy buenos días, P. Alfonso, bonito el relato de sus buenos días de hoy y bonita las fotos que hoy lo acompañan , las gallinas y los narcisos con ese color tan vivo. Que tenga un buen día y fin de semana.

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