El Jacinto del Corralón

ESTAMPA CAUDETANA.
EL JACINTO DEL CORRALÓN.

Ya te hablaba yo el otro día del Jacinto. Fue con ocasión de que me sirviera de los Narcisos, de los preciosos Narcisos de un color amarillo puro e inigualable y te decía que, junto a ellos, apuntaba, estaba saliendo, un JACINTO al que, como ocurre con los Narcisos, era respetado por la media docena de gallinas que pululan por todo el corralón del convento de San José (El Carmen). Hoy el corralón está de fiesta, porque otra preciosa flor ha llegado para presumir en él junto a los Narcisos y, por eso, está contento, de enhorabuena, porque el JACINTO ha florecido totalmente, sacándose de sí mismo, dos espigas florecidas que, presumo, se deberá a qué el bulbo inicial, la madre, ha generado un hijo en la quietud y en la oscuridad de las profundidades de la tierra y ahora pugna por hacerle la competencia a su madre, a la que, según se ve, en la fotografía no termina de dominar, más bien parece que la madre ha acogido al hijo y le ha aupado hasta su misma altura para completar una imagen preciosa lograda por la interrelación de la una y el otro con la que ambos logran componer una estampa maravillosa que llama poderosamente la atención  en medio del corralón donde medran, también, bastantes plantones de ajos puerros silvestres que, al igual, como acontece con los Narcisos y el JACINTO, son respetados por el batallón formado por las emplumadas, por las gallinas.

Hoy los JACINTOS, madre e hijo, floridos, te llevan mi saludo, mis

      ¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
13.3.2021. Sábado.  (C. 1.200)

P. Alfonso Herrera Serrano, Carmelita.