ESTAMPA CAUDETANA.
LOS FLAMENCOS.
(Fotos tomadas desde el coche cuando viajábamos, por la carretera general vieja de
Madrid a Alicante, hacia Almansa)
Nos había citado el Señor Obispo, don Ángel Fernández collado, en la Iglesia de
la Asunción de Almansa a todo el clero de la Vicaría de Levante, la que se
extiende desde Chinchilla hasta los confines de la provincia y diócesis de
Albacete.
Desde Caudete subimos hasta Almansa el párroco y un servidor. No podíamos
faltar a la llamada del Pastor para reunirnos con él, todos aquellos que
prestamos la ayuda pertinente al Pastor, al Obispo. Con nosotros viajaba
don Ramón Gisbert Conejero capellán del hospital almanseño.
Es de todos conocido que antes de llegar Almansa hay una gran extensión de
terreno un tanto hundido que, cuando caen cuatro gotas se llena de agua,
a causa de que, el suelo y el subsuelo, es impermeable, de arcilla dura, y, por
ello, el agua estancada dura y dura, tarda muchísimo tiempo en evaporarse.
Tanto es así, que se convierte esa sabana de agua en estación de descanso para
las aves migratorias. Siempre que he pasado por ese lugar he visto multitud de
ánades, patos pollitas de agua, pero jamás, nunca había visto FLAMENCOS hasta
el otro día. Toda la extensión del agua estaba sembrada de esos preciosos
animales, la mayor parte de ellos, con su cabeza hundida debajo del agua
filtrando el barro para sacar de él los nutrientes necesarios que constituyen
su alimentación. Yo había visto personalmente y en directo flamencos en las
salinas de Santa Pola, pero nunca los había visto en la planicie encharcada
aledaña a Almansa. Aquella ingente cantidad de aves, que yo siempre asocié al
río Nilo de Egipto, constituía una visión fantástica, bonita de verdad. Cientos
de flamencos, yo diría de flamenquitos porque no eran, los que allí habían
hecho un alto en su viaje migratorio, de la talla de otros que aparecen en los
documentales e, incluso, como aquellos que yo vi una vez en Santa Pola.
Parecían muñequitos. Alguno que otro levantaba el vuelo con su largo cuello
tieso, como si fuera una lanza con el pico rompiendo el aire y las largas patas
como una sola línea detrás del cuerpecico emplumado, para trasladarse a otro
lugar de la laguna dónde se encontraban grupos de especímenes hermanos
tamizando el cieno. No me resistí a fijar el momento y pedía el conductor que
levantara el pie del acelerador para poder sacar alguna instantánea, si
quiera sea de lejos, (para verlos bien tendrás que aplicar el zoom) y con el
telefonillo en la mano, a través de las lunas del coche, impresioné algunas
imágenes de aquellos cientos de aves que poblaban la laguna de La Mancha baja.
Recibe mi saludo, mis
¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
15.3.2021. Lunes. (C. 1.202)
P. Alfonso Herrera Serrano, Carmelita.
Muy buenos días, P. Alfonso, buenas instantáneas de esa laguna con los Flamencos y con la explicación suya , siempre nos enteramos de muchas cosas , muchas gracias por todo . Que tenga buen día y principio de semana.
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