La Flor del Agua

ESTAMPA CAUDETANA

LA FLOR DEL AGUA

Todavía estamos sacando el polvillo de aquel cieno que la avenida de agua que trajo consigo la última tormenta que, con violencia arrastró hojas y fusca del corralón del convento de San José (El Carmen) y que obstruyeron los sumideros que «defienden» la entrada al garaje, hecho del  que ya te di cuenta en su momento.

Ya, he llevado al pudridero unos cuantos capazos de hojas de los Gratecos y de los Algarrobos que, al ser árboles de hoja perenne, andan de muda por estas fechas.

Ya ha recuperado su estado normal de secarral el corralón del convento.

Ya, la arboleda que lo puebla va pidiendo de beber...

Y es ahora cuando LA FLOR DEL AGUA, surgida de uno de los muchos bulbos que tengo sembrados en distintos lugares del corralón y en varias de las jardineras que encuentran asiento en los alféizares de las ventanas, se ha levantado y desde la punta de su pedúnculo, mueve graciosa y ostentosamente su suave, aterciopelada,  preciosa, corola quizá, buscando encontrarse con el sol que pasa todos los días por encima de las tupidísimas copas de los tres nogales que impiden a la hermosa flor ese encuentro enriquecedor.

Soy del parecer, de que nuestra FLOR DEL AGUA, ha venido a ser gracias a esa misma sombra que le suministran los nogales porque, ésta, ha sujetado la humedad que, en otros lugares del corralón, ya desapareció. Y te apunto esta opinión porque en la naturaleza de esta planta con flor tan bonita, está escrito que florezca con la llegada de las primeras aguas que trae consigo la primavera. Y, a estas alturas de verano, ya acomodado perfectamente entre nosotros, cuando las aguas, las pocas aguas, que dejan caer las nubes, salvo excepciones, sobre el predio de la Real Villa de Caudete, son un mero recuerdo ya que, "el Quijote celeste", vela, con un celo desmedido, para que no aparezcan por la zona las nubes cargadas de agua y si a alguna se le ocurriera meterse subrepticiamente por los cielos de esta Mancha Baja, la fulmina, evaporándola, con su lanza ígnea, es, precisamente ahora, cuando ha venido a florecer LA FLOR DEL AGUA.

Soy del parecer de que el conjunto de bulbos de los cuales se levantan estas flores, tomaron la decisión de designar a ésta, que ves al inicio de mi escrito de hoy, para que los representara, en la ofrenda de todos ellos, a LA REINA DE TODO LO CREADO en su advocación de la VIRGEN DEL MONTE CARMELO.

No puede ser de otra manera. No florecieron en su tiempo, dejando el puesto a otras muchísimas flores con las que mayo tapizaba la cubierta del Septentrión, para, eso, para ofrecerse en holocausto ante ELLA, ante la VIRGEN DEL MONTE CARMELO, en el mes dedicado a ELLA, en julio.

Recibe mi saludo, mis

       ¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!

3.7.2021. Sábado.  (C. 1.289)

P. Alfonso Herrera Serrano. Carmelita.