ESTAMPA CAUDETANA.
LA HIGUERA.
Maruja vive cerca de las cuatro calles en la que,
una de ellas es el Callejón de las Campanas, y muchas veces pasa por el
lugar. Con toda seguridad pudo haberle pasado totalmente desapercibido un
detalle que «no casa» con el lugar, que no pega. Pero ayer, no. Ayer se
fijo y, al hacerlo, se detuvo un ratico para contemplar lo que, al parecer, no
sería de recibo, UNA HIGUERA. Y al hacerlo parece que en su imaginación aparecí
yo y, ni corta ni perezosa, sacó su telefonillo de su bolso y se llevó consigo
la instantánea de esa preciosidad que ves al inicio de mi escrito. Se llevó en
la galería de su telefonillo la imagen de una HIGUERA que surge desde las
profundidades de la Cueva de una casa, una casa que levanta una de sus paredes
en la calle que la Real Villa de Caudete tiene dedicada al vidente que, no
siendo natural de la Villa, sino de Paracuellos de la Vega de la vecina Cuenca,
fue objeto de elección de la VIRGEN DE GRACIA para hacerle confidente del lugar
donde se encontraban ocultas, desde hacía 700 años, las imágenes propia de ELLA
y la de SAN BLAS, Patrona y Copatrón, respectivamente, de la Villa. Me estoy
refiriendo a la calle de Juan López. En esa calle, me dice María Gracia, hay
una casa que tiene un ventanico que da a la profunda y oscura cueva. Con toda
seguridad, esa casa, está, como tantas otras en esta Villa, deshabitada
y, esa, puede que sea la razón por la cual, desde la profundidad, asoma
sus preciosas hojas verdes, llenas de vida, pujantes, con ganas de encontrarse
con el sol, una tierna higuerica.
Sí, con toda seguridad, María Gracia ha pasado
muchísimas veces por delante de ella y siempre le ha pasado desapercibida pero,
mira por donde, ayer no fue así. Ayer pasó delante del ventanuco por el que
respira la cueva de la casa en cuestión y se fijó en el plantón de higuera. Detuvo
su paso y, mientras cogía aire y descansaba un ratico, sacó el telefonillo de
su bolso y tomó la imagen para enviármela a mí y así, de esta manera, decirme
que:
«No solo eres tú el que te fijas en las cosas
sencillicas y, al parecer, sin importancia que se te van presentando en el
correr de los días y en el andar por las calles de la Villa»
Me gustó el detalle, me satisfizo plenamente el
regalo que me hizo María Gracia y hoy quiero compartirlo contigo.
Al contemplarla recordé que, por estas mismas
fechas, yo te enviaba, colgaditos de las ramas de otra higuera, mi saludó, mis
"buenos días". En aquella ocasión otro plantón de higuera, que no
salía por el ventanuco de una cueva, sino que lo hacía directamente de la misma
pared del número 3 de la calle San Francisco, calle en la que levanta su torre
la parroquia que lleva su nombre y que hace más de cien años, 110
concretamente, mandó edificar para que fuera la capilla de un proyectado
orfelinato que nunca llegó a edificarse, y, de paso, mausoleo familiar, el
prócer Caudetano Conde de San Carlos, Don Paco Albalat Navajas. El año pasado
te decía que aquel plantón de higuera, que salía de la misma pared, hundiría
sus raíces por los suelos enriquecidos por tanto detritus podridos
abandonados en lo que fuera, hace mucho tiempo, hoy cerrada a cal y
canto, una carpintería.
Gran lección la que nos da LA NATURALEZA. Es
tema recurrente el que aparece en reportajes y comunicaciones: ”la gran
capacidad que tiene la NATURALEZA para regenerarse a poco que se le conceda un
respiro. Ciertamente, la NATURALEZA, en su flora, se ha puesto guapísima
en tantos y tantos lugares donde no ha pisado el ser humano constreñido
por la pandemia del Covid -19 e, igualmente, la fauna ha retomado tantos otros
lugares de donde la «civilización» humana los había echado, como ha ocurrido en
todo lo alto de la atmósfera donde se han cerrado los agujeros en el
ozono provocados por la agobiante industrialización del hombre.
Pues, como ha ocurrido en las cuatro calles
donde comienza el Callejón de las Campanas donde ha hecho acto de presencia una
HIGUERA.
Recibe mi saludo, mis
¡¡¡¡¡¡BUENOS
DÍAS!!!!!!
21.7.2021. (C. 1.306)
P. Alfonso Herrera Serrano. Carmelita.
Muy buenos días , P. Alfonso, ¡ Que grande y maravillosa es la naturaleza donde menos te imaginas sale a abrillar , como ha ocurrido en esté caso es de admirar como seas hojas ha hecho presencia en esa ventana , y gracias a Maruja de gran observadora y a usted por trasladarnos esa foto tan curiosa. Que tenga un buen día de calor.
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