No fue el Párroco.

ESTAMPA CAUDETANA.

NO FUE EL PÁRROCO.

El domingo siguiente a la fiesta por excelencia en torno a la PATRONA, LA VIRGEN DE GRACIA, tiene lugar en la Real Villa de Caudete el besapiés de la Virgen. Como ya te decía ayer es el único día en que la sagrada imagen es presentada ante los devotos hijos tal y como la entregó su escultor, Miguel Bañón Díaz, el día 3 se septiembre de 1941 a tiempo para que presidiera las fiestas de aquel año. La madera en la que esculpió su preciosa obra fue donada por la familia Izquierdo procedente de un hermoso ciprés que tenían en su campo de La Casa de Los Frailes, muy cercano a la Toconera.  Por su trabajo fue remunerado por la Mayordomía  con 12.000 Pts. 

Fue bendecida esta imagen el día 6 de septiembre de ese año por el Obispo de Badajoz, Don José María Alcaraz y Alenda,  procediéndose, seguidamente, a procesionar hasta la parroquia de Santa Catalina como es costumbre.

Después de que procedí a la bendición con el Santísimo cerrando el manifiesto en la iglesia del monasterio de las monjas Carmelitas de clausura, bajé hasta el Santuario para, como un devoto más, pasar por delante de la sagrada imagen inclinándome ante Aquella cuya imagen era venerada en el centro del presbiterio a la altura de la barandilla, en medio de un mar de flores que prestaban pleitesía a la más bella de todas, a la Virgen de GRACIA.

Me retiré unos bancos más atrás desde donde mantuve con ELLA un diálogo. A lo largo de él, se iba sucediendo el paso de sus devotos hijos caudetanos. Muchos de ellos, por no decir todos, fijaban un instante para el recuerdo teniéndola a ELLA como figura principal. Daba gusto ver a matrimonios jóvenes que se hacían la fotografía con sus niños. Mi pensamiento volaba hasta aquel tiempo en que aquellos niños, ya mayores, y sus jóvenes padres hechos unos abuelicos, con una ternura difícil de describir, explicaban el momento a sus propios hijitos. La fotógrafo que se prestaba a fijar el momento en sus telefonillos, era la miembro de la Mayordomía, Rosa, la florista de la tienda de  El Paraíso.

Durante todo el tiempo que permanecí allí, casi constantemente, la campanica de la Virgen, aquella que sonó cuando en 1414 fue abierta la cueva donde habían permanecido soterradas las sagradas imágenes de la Virgen de Gracia y de San Blas durante siete siglos, no dejó de sonar. Las gentes que habían bajado para el besapiés, subían hasta el camarín y tiraban de la cuerda haciéndola sonar, llevados, sin duda alguna, por la creencia, que se ha transmitido de generación en generación, consistente en que "aquel que tocare la campanica de la Virgen no padecerá mala muerte".

Al dar las 19,00 horas apareció  por la puerta de la sacristía la alta figura de Antonio Graciá Albero,

carmelita natural de esta Villa,  con alba y estola que, con micrófono inalámbrico en la mano, delante de la imagen de la Virgen de GRACIA, entonó la Salve a la que siguió el canto de los gozos de la Virgen

A cuyo término cerró las fiestas de este año 2021 con la oración final a la que siguieron los vivas a la Virgen, a San Blas y a San Roque.

Y no, NO FUE EL PÁRROCO quien puso el broche a las Fiestas Patronales como nos había dicho el día anterior que haría, había delegado en Antonio Graciá Albero.

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- Recibe mi saludo, mis

      ¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!

13.9.20210. Lunes.  (C. 1.368)

NOTA: las noticias acerca de la nueva imagen, de su escultor, de la procedencia de la madera con la que se confeccionó y de la bendición de la misma, me las ha suministrado  el "fichero histórico vivo de la Villa" el tal Paco Cantos, conocido como «el Molinero».

P. Alfonso Herrera Serrano. Carmelita.