ESTAMPA CAUDETANA.
VOLVIÓ EL SILENCIO AL CLAUSTRO DEL CONVENTO.
Ayer fue todo ajetreo. Los oficiales del Ilmo. Ayuntamiento,
enviados por la autoridad de la Casa de la Cultura, procedieron a descolgar los
41 cuadros de los pintores del país invitado a la VI Bienal de la Acuarela, la
India, y tras un trabajo muy bien llevado dejaron los paños de las paredes del
convento como las ves en la fotografía.
Volvió el convento por sus fueros y el silencio monacal
reconquistó su ámbito tradicional después de haberse retirado a un lado para
que la cultura adquiriera protagonismo porque, una vez más, las puertas del
cenobio se abrieron, de par en par, para que las gentes de la Villa y foráneos
pudieran disfrutar con la contemplación de obras de arte sacadas a la luz por
medio de la técnica del arte de la acuarela, técnica y arte que empleó, como
nadie, nuestro celebrado Rafael Requena, que gloria tenga (+2004).
Sí, ayer desaparecieron de las paredes del claustro bajo del
convento todos los retazos de los pintores de un país que embruja, de un país
que es una llamada potente a zambullirse en él, a vivir con ellos sus
tradiciones, a escuchar sus susurros y, también sus gritos. Un país único, rico
por la belleza de sus bosques, por la religiosidad de sus gentes aunque, éstas,
se hallen segmentadas en castas cuando todo ser humano es igual a otro y
la única diferencia que se pueda darse no es otra que aquella que defiende el
decir español desde siempre:
"de hombre a hombre no va más que el nombre",
y que yo oí por primera vez en el campamento infantil (1958)
en Cadalso de los Vidrios, a un mando pequeñico de estatura a otro grandote y
fuertote que, al parecer, le estaba tomando el pelo, es decir, que se estaba
riendo de él.
Sí, al descolgar los cuadros, que habían traído los pintores
de la India, de los paños de la paredes del convento, se esfumaron los mensajes
que nos trasladaban desde tan lejos, desde aquel país de misterio y ensueño que
es La India, el país invitado para la VI Bienal de la Acuarela.
Sólo se quedó el convento, solos, los pasillos del claustro,
ya lo ves en la fotografía que ilustra este escrito, expeditos, para que el
fraile morador transite por ellos mientras eleva, desde su silencio interior
concorde con el existente al exterior, una oración por la Villa, por el mundo y
por los hombres que lo habitan.
Recibe mi saludo, mis
¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
30.11.2022. Miércoles. (C. 1.616)
P. Alfonso Herrera. Carmelita.
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