sábado, 30 de septiembre de 2023

La Teogonía de Hesiodo

LA TEOGONÍA DE HESIODO

Hace unos años en Madrid, no sé si en otros lugares de España también, se llevó a efecto una campaña consistente en promover la lectura de los ciudadanos. Aquella campaña consistió en ir dejando en lugares públicos una serie de libros a disposición de todo aquel que quisiera tomar en sus manos  esas joyas del pensamiento del ser humano puestos por escrito a disposición de cualquiera. Confieso que uno de los entusiastas fui yo. Leí algunos de aquellos libros que se nos ofrecían tan gentilmente y de forma gratuita. El lector de aquellos libros, concluida la lectura, volvía a dejarlos, donde le venía bien, a la vista de otros transeúntes para que pudieran beneficiarse como fue mi caso.

Ayer por la tarde volví a encontrarme, en la pared que separa el paseo de las arenas de la playa, con tres libros, dos estaban en francés, los hojeé y leí un poco. Busqué la idea principal que escondían sus palabras, pero los dejé allí donde los encontré, ya que no estaba dispuesto a exprimirme, ni siquiera un poco, en este tiempo de asueto, la mollera sirviéndome del francés aprendido en mis primeros años de bachillerato siguiendo a Perrier. Llegué a moverme, un tanto regular, por el modo en el que se comunican  nuestros vecinos, los franceses.

Allí se quedaron aquellos dos libros escritos en la lengua que empleara Alejandro Dumas y tantos otros para decirnos cosas en francés.

Junto a aquellos dos libros había un tercero que estaba estupendamente encuadernado. Había sido imprimido en la editorial Gredos de Madrid en 1982  con introducción, traducción y notas de A. Pérez Jiménez y A Martínez Díaz. Dicho libro me hizo rebobinar el tiempo veintiocho centurias para plantarme en el siglo VIII antes de Cristo que fue el tiempo en el que vivió aquel que lo escribió. El libro tiene por  título  Teogonía pero recoge toda la obra que nos ha llegado de este autor. El libro es, por lo tanto, un volumen donde se recogen sus obras que son TEOGONÍA, TRABAJOS Y DÍAS, EL ESCUDO Y CATÁLOGO DE LAS MUJERES O  EEAS (*).

Su autor, como nuestro Miguel Hernández, era un pastorcico griego de nombre Hesiodo. El tal pastorcico no era un cualquiera pues, en aquel entonces, rivalizaba en el campo de la métrica poética con el gran Homero. Dicen los estudiosos de aquel figura  ganaba los concursos de poesía a los que se presentaba. Y es que el vate poético es muy quien para posarse en quien le da la gana. En Hesiodo se posó y ¡Vaya si se posó bien!

Aquel siglo VIII ad. C. se caracterizó por ser el tiempo en que la sociedad que, hasta esa fecha, estaba constituida por tribus pasó a reorganizarse en reinos en los que fue emergiendo una clase media poderosa a la que perteneció el poeta pastor que se permitió el lujo, en su Teogonía, de llamar la atención acerca del comportamiento de los reyes porque habrían de dar cuentas a Dios. El libro trata del origen de los dioses y, por extensión, del origen de las cosas, de la creación y lo hace en 1.022 versos. 

Su libro LOS TRABAJOS Y LOS DÍAS describe los trabajos de los campesinos abogando por un mundo donde reine la justicia y se queja del comportamiento de los reyes. Componen el libro 828 versos.

EN EL ESCUDO habla en los 481 versos que lo componen, de la expedición de Heracles y Yolao contra Cicno, el hijo de Ares.

El CATÁLOGO DE LAS MUJERES O EEAS es un poema que trata de las mujeres heroínas que yacieron con dioses o mortales y que dieron origen a una nueva generación.

Leída la introducción y notas de A Pérez Jiménez y de A Martínez Díaz y de la información de Wikipedia de donde he tomado las notas precedentes, solo me queda lanzarme a la lectura de tanto hexámetro encerrado en el volumen cuya portada ves al inicio de éstas letras y, al concluirla, volver a dejar el libro en la pared que separa el paseo de la arena de la playa.

Recibe mi saludo, mis

¡¡¡BUENOS DÍAS!!!

30.9.2023. SÁBADO (1.685)

(*) Se discute acerca de la autoría de los dos últimos libros, EL ESCUDO Y EL CATÁLOGO DE LAS MUJERES O EEAS pero se asume generalmente que sí, que fueron escritos por Hesiodo.

P. Alfonso Herrera. Carmelita.

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