ESTAMPA CAUDETANA.
EL PARTIDO DE "LOS ÑACOS"
Hacía un frío que pelaba la iluminación del campo de deportes del complejo deportivo Atleta Antonio Amorós me estaba diciendo a gritos que era noche cerrada.
No sé de dónde venía, pero el caso es que, a las19,00 horas, del martes, barría la Avda. de la Virgen de Gracia y todo el entorno, un viento frío, frío, pero frío de verdad. Ese frío al que se le suele llamar "cuchillo" porque corta la piel. Yo bajaba por la Avenida dando un paseo rápido porque la orilla no estaba para contemplaciones ni medias tintas.
Y ¡cómo no! me llamó poderosamente la atención el griterío que lanzaban al aire un montón de chiquillos liliputienses, ÑACOS, los llaman aquí, en la Real Villa de Caudete, que andaban jugando al fútbol.
Ellos no sentían frío alguno porque sus corazoncitos al galopar, como lo hacían sus pies disputando balones al equipo contrario con la idea fija de meterles goles, repartían calorías a lo largo y ancho de sus cuerpecicos.
Detrás de la alambrada, aprovechando un hueco que dejaban unos Durillos muy crecidos, conseguí tomarles una foto que guardé hasta hoy que sale pitando para acercarte mi saludo.
Continué viaje y allí se quedaron ellos corriendo detrás de un balón sin hacerle ascos al aire frío, frío, que andaba por todas partes porque a ellos lo que les privaba de verdad no era el frío, sino ganar a los contrarios.
Ya próximo al Santuario de la Madre, de la Virgen de Gracia, iban y venían mis recuerdos de aquellos partidos de fútbol que montábamos de pequeños, después de comer, en la Avenida de tierra muy dura, que había sido de mi bisabuelo materno, Galo Nava, antes de que le fuera expropiada para tender las vías del tren, levantar la estación y la Avenida para llegar a ella, frente a la ventana de la sala de estar de mi casa, con los trabajadores de una fábrica de ladrillos y de otra de herrería que eran propiedad de los Pérez. Tampoco los chavales de mi barrio sentíamos el frío "con chorreras" que hacía y hace en mi pueblo de Oropesa (Toledo) cuando el aire viene de Ciscarros, de la mar oceana, que nos llegaba tras haberles molestado, lo suyo, a los vecinos portugueses y extremeños.
Recibe mi saludo, mis
¡¡¡BUENOS DÍAS!!!
23.11.2023.Jueves. (C. 1.727)
P. Alfonso Herrera. Carmelita:
No hay comentarios:
Publicar un comentario