ESTAMPA CAUDETANA.
LA LUZ ANUNCIA LA NAVIDAD DEL SEÑOR.
Ayer me tocó cerrar las celebraciones litúrgicas del domingo con la Eucaristía que se celebra en la parroquia de Santa Catalina a las 19,30 horas.
Como siempre que me toca celebrar en la parroquia madre de la Real Villa de Caudete, esta Eucaristía, suelo llegarme hasta la iglesia dando un buen rodeo con el fin de satisfacer la solicitud que, en tantas ocasiones me ha hecho la facultativo de turno para mejorar en todos los aspectos:
"Concédase el favor de encontrar un rato para pasear" Y, yo, que soy una persona sometida a la obediencia, la hago caso.
Es un paseíto, como te he dicho en alguna otra ocasión, que me lleva entre 35 y 45 minutos desde que salgo de casa hasta que llego a la puerta del templo parroquial.
Ayer lo hice. Después de cerrar el Manifiesto en el monasterio de las Madres Carmelitas de clausura, dirigí mis pasos hacia la Glorieta de la Cruz donde permanecí un ratico sentado, el tiempo suficiente para rezar la hora correspondiente del Oficio Divino delante de la pétrea imagen de Aquella que es la Reina de todo cuanto salió de las manos del creador, de Dios. El ambiente era frío, pero al no moverse el aire, aguanté bien aquel ratico sentado en un banco, el que se encuentra, frente por frente, de la imagen de la Virgen de Gracia, la Patrona del lugar.
Luego, emprendí el camino Avenida de la Libertad adelante en busca de tirar, cuesta arriba, por la Avenida de las Jornetas.
Nada más salir de la Glorieta lo primero que me encontré, a la entrada misma de la Avenida de la Libertad en todo lo alto del primero de sus edificios fue una señal luminosa chispeante, a izquierda y derecha de una flecha, también luminosa, de un color rojo vivo.
Me llamó la atención y me detuve un momentico, sola y exclusivamente, para impresionar en un corto vídeo la chispeante verbena que estaban llevando a cabo las lucecitas blancas que precedían al símbolo indicativo de la dirección correcta y aquellas otras que lo seguían. Es el vídeo que ilustra mis palabras de este día, palabras que te llevan mi saludo mañanero.
Y, sí, la luz que uno se encuentra por todos los lugares en este tiempo de Adviento llamando la atención en medio de la noche nos indica que está al llegar Aquel que es portador, precisamente, de la luz imperecedera que genera el amor de Dios y que se manifiesta de manera palmaria en la Persona Segunda de la Santísima Trinidad, el Hijo, al tomar nuestra capa, al participar de lo nuestro, al hacerse como uno de tantos, al hacerse un ser humano en el claustro materno de la Virgen María.
Misterio grande éste que consiste en que: todo un Dios se empequeñece hasta caber en el cuerpecito de un Niño.
Ese es el aviso que nos hace la señal luminosa colocada en lo alto del primero de los edificios del lado izquierdo de la Avenida de la Libertad. Luz que brilla en la oscuridad y flecha que indica el camino para llegar a encontrarnos con Él, con Dios que se baja hasta nosotros para compartir nuestra humanidad. Gran Misterio que vamos a celebrar dentro de siete días.
Mientras impresionaba durante unos segundos las lucecitas encendiéndose y apagándose pensaba yo que la flecha que permanecía fija me estaba indicando el camino que conduce a ese encuentro en la parroquia de Santa Catalina.
Recibe mi saludo, mis
¡¡¡BUENOS DÍAS!!!
18.12.2023. Lunes. (C. 1.752)
P. Alfonso Herrera. Carmelita.
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