ESTAMPA CAUDETANA.
LA SAN SILVESTRE CAUDETANA.
Y, no, no me estoy refiriendo a es emprender viaje por las distintas ciudades que jalonan o salpican este mundo. Aunque, ciertamente en muchísimos lugares se celebra la San silvestre.
En España, sin ir más lejos, la más importante de todas ellas, la más nombrada, la que se sigue con fruición, en la que gentes de toda clase, índole y condición se inscribe, es la Vallecana. Sí, esa que pone su línea finis, su meta, en mitad del estadio de fútbol del equipo de uno de los barrios más famosos de la capital del Reino, mal que les pese a las gentes que medraron bajo las alas del águila de los Reyes Católicos que venía volando en la Bandera nacional y que, ahora, quieren volar, dicen ellos, en libertad. Sí, en el campo de fútbol en el que juegan los muchachos del Rayo Vallecano. Yo conozco a un fraile carmelita que escaló las más altas cumbres de la Orden del Carmen, madrileño, él, que lleva enfundándose la camiseta que uniforma a todo quisque que corre La San Silvestre Vallecana, muchísimos años y que, con toda seguridad, la va a correr hoy.
No, no me estoy refiriendo a ninguna de las San silvestre que echan a correr a lo largo de este día, el último del año de gracia de 2023, me estoy refiriendo a la carrera de SAN SILVESTRE CAUDETANA. A esa carrera que lleva en marcha ONCE AÑOS y que tiene como fin echar una mano a CÁRITAS PARROQUIAL para que, ésta se la eché a aquellos caudetanos que andan en precario por la situación tan agobiante que nos toca vivir en estos tiempos.
Nuestra SAN SILVESTRE CAUDETANO-CARITATIVA no se celebra hoy en la Real Villa de Caudete, se celebró ayer, en la víspera de la fiesta del Santo Silvestre y, al parecer, fue un éxito total, cosa que me alegra un montón.
Al volver de mis quehaceres pastorales en el barrio de San Francisco, en su parroquia en los que pedimos por el eterno descanso del bueno de José Bañón que se nos fue hace una semana, me encontré con un jolgorio inmenso, con una gran fiesta montada en la plaza de Nuestra Señora del Carmen que fue el punto de partida de los corredores y, a su vez, también fue el punto de llegada de la SAN SILVESTRE CAUDETANA.
Tuve tiempo de meter el coche en la cochera y darme una vuelta por la plaza en el momento en que se estaba entregando el primer premio a aquel grupo de corredoras que se habían impuesto en el trayecto por su atuendo. Y es que la San silvestre caudetana, no sólo premia a aquellos que tienen las piernas y los pies más ligeros, sino también a aquellos otros que hacen de la carrera algo bonito, algo lindo, son los que se disfrazan de una u otra manera llamando, en todos los casos, la atención provocando el aplauso y la hilaridad en los asistentes que los contemplan. En ese momento, en el de la entrega del premio a los mejor disfrazados llegué yo. Y, tirando de telefonillo impresioné el vídeo que ilustra estas palabras con las que me acerco hasta a ti para llevarte mi saludo, mis
¡¡¡BUENOS DÍAS!!!
31.12.2023. Domingo.(C. 1.765)
P. Alfonso Herrera. Carmelita.
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