ESTAMPA CAUDETANA.
LLEGÓ LA LUZ.
Todo estaba preparado. Los muy eficientes oficiales de la Real Villa de Caudete habían colocado, estos días de atrás, en los lugares de costumbre los motivos luminosos que habrían de encenderse, de llenarse de luz, con motivo de las Fiestas de la Navidad del Hijo de Dios, de Jesús y, como estaba programado por el Ilmo. Ayuntamiento de la Villa, ya te puse en antecedentes acerca del caso estos días de atrás, trasladándote lo que el mismo Ayuntamiento nos había dado a conocer vía medios de comunicación social, tuvo lugar: "LLEGÓ LA LUZ".
Y, sí, cuando salimos de la parroquia de San Francisco, al terminar la Eucaristía, nos dimos de bruces con el arbolito que habían situado junto al templete de Cristo crucificado en la Avenida San Jaime, todo él iluminado. Ciertamente, HABÍA LLEGADO A LA LUZ.
Durante la celebración litúrgica de la Eucaristía había tenido lugar el encendido del árbol por las autoridades competentes acompañadas, con toda seguridad, siempre ha sido así, por no poca gente y, también, por la banda oficial de la Villa, más concretamente, por la facción de la misma compuesta por los maestros más jóvenes, que ponían el punto musical al acontecimiento con alegres melodías navideñas, con los villancicos de toda la vida.
Cuando en mi caminar hacia la parroquia de Santa Catalina para hacer doblete eucarístico, llegué a la plaza de Nuestra Señora del Carmen me la encontré muy poblada por gentes mayores y pequeñicos que, rodeando el árbol, en esos momentos a oscuras, apagado,
estaban a la espera de que llegara la comitiva que habría de apretar el interruptor para dejar pasar a toda velocidad la corriente eléctrica que llenaría de luz todo el árbol instalado en la plaza, el más grande de los que salpican la Villa.
Al empezar a caminar por la calle Mercado me llegaba tenuemente la alegre música que nos apercibía de que la comitiva de autoridades y gentes del lugar, encargados de iluminar el árbol y adornos instalados en la misma, se estaban, ya, aproximando al lugar, después de haber prendido la luz en el árbol de Plaza Nueva y los adornos que se iban encontrando a su paso por la calle Eras.
Al llegar, en mi caminar hacia la parroquia de Santa Catalina, a la altura de El Paseo Luis Golf, me encontré con la feria de Navidad en plena ebullición. Unos niños ya conducían, cual hábiles pilotos de carreras, sus coches de choque, otros se lo pasaban bomba saltando en las cámaras de aire o en la saltarinas. No faltaban quienes jugaban boletos para ver si conseguían alguno de los regalos que exponían en sus puestos los feriantes.
El jolgorio y la algarabía era evidente. La gente, sobre todo la gente menuda, tenía ganas de fiesta.
Al llegar a la Lonja encontré la Plaza de la Iglesia repleta de gentes que, como aquellas de la plaza de Nuestra Señora del Carmen, estaban a la espera de que llegaran las autoridades con el fin de asistir al encendido del árbol situado en el centro mismo de la plaza, sobre la fuente que allí hay, y dieran por inaugurado el mercado navideño que ya habían pergeñado los comerciantes.
Llevábamos mediada la Eucaristía cuando, hasta dentro de la Iglesia, llegaron las notas que lanzaba al aire la banda oficial de la villa indicándonos que, la autoridad competente, estaba inyectando luz en el árbol y proclamaba abierto el mercado navideño; mercado que ya va tomando solera y es que es un tiempo pintiparado, previo a las fiestas de la Navidad del Señor, para que las gentes de la Real Villa puedan proveerse de los elementos pertinentes para adornar y así preparar sus casas, de modo sencillo, pero muy acogedor, la celebración del grandioso hecho de la Encarnación del Hijo de Dios. Su Navidad.
Recibe mi saludo, mis
¡¡¡BUENOS DÍAS !!!
16.12.2023. Sábado. (C. 1.750)
P. Alfonso Herrera. Carmelita.
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