ESTAMPA CAUDETANA.
EL NIÑO.
Al Niño que me refiero en el titular no es otro que el Emmanuel, el Dios con nosotros, El Señor que Salva, que eso es lo que significa el nombre de Jesús que se le impuso, a instancias del Ángel, antes de su concepción. Ayer fue su Fiesta, su Solemnidad junto con la de su Madre, la mujer nazaretana que Dios escogió y preparó para ser la digna Madre de su Hijo y, ambos, auspiciadores de la Jornada de la Paz que fue instaurada para celebrarse en este día por el papá San Pablo VI, el año 1968.
Un escultor, Roque López, alumno y heredero aventajado del gran imaginero murciano, Salzillo, esculpió hace más de 200 años la talla del niño que se venera en la parroquia de Santa Catalina de esta Real Villa de Caudete. Y ayer día primero del año de gracia de 2024, octava de la fecha conmemorativa del nacimiento del Hijo de Dios en Belén y día que, según la ley mosaica, había que presentar en el templo o, en su caso, en la sinagoga del lugar, al niño varón nacido en una familia proceder a circuncidarlo y a imponerle el nombre, y que, en esta Real Villa de Caudete, es tenido en fiesta grande porque desde el tiempo que hunde sus raíces en las postrimerías de la Edad Media, viene centrándose la devoción de sus habitantes por el Dulce Nombre de Jesús que se le impone al Dios con nosotros, al Emmanuel, y, con tal motivo, se celebra fiesta grande y se saca a la imagencica del Niñico en procesión por las calles de la villa.
Como tanta veces, como tantos años, ayer, mediada la tarde salió procesión por las puerta de la parroquia de Santa Catalina para transitar por las Avenidas, calles y plazas establecidas para las manifestaciones públicas de fe. Y la que nos ocupa es una de tantas, la primera del año; otras la seguirán, como la de San Antón, la de San Blas, las de Semana Santa, las de los Patrones, la de San Francisco, que irán salpicando el calendario que regula el discurrir del tiempo en esta Villa.
La tarde era inverniza, el helor se había aposentado en la Villa pero no fue óbice para que muchas gentes de la Villa salieran, eso sí, bien protegidas para jalonar el trayecto por donde habría de pasar la procesión del Niñico que, en todo momento estuvo precedido por los Reyes de los Bailes y algunas parejas de bailadores que se les unieron para bailar, de trecho en trecho, en honor del Dulce nombre del Niñico y, seguido por el Sr. Cura párroco, P. Luis Torres Pérez, Carmelita, tocado con capa y estola blancas, dando paso a las autoridades civiles y a la banda oficial de música.
Poco antes de rendir viaje la procesión, ya en la plaza de la Iglesia, aledaña a la parroquia, se detuvo, una vez más la profesión, para que los bailadores llevaran a cabo sus bailes en honor de el Niñico para, acto seguido, entrar en la parroquia y dar por concluida la manifestación de fe popular que acababa de tener lugar, dando paso, así, a la celebración festiva de la Eucaristía con la que se cerraba, litúrgicamente hablando, el primer día del año de gracia de 2024, pero, no los bailes en honor del Dulce Nombre del Niñico porque la fiesta sigue, a lo grande, en el tercer día de los Reyes de los Bailes coincidiendo con la fiesta dedicada a sus colegas, los Magos de Oriente, el próximo día 6 y, más allá en el calendario, volverán a vestirse con su hato Real para bailar en el ofertorio de la misa de San Antón porque, por estos pagos, se dice y se tiene que "hasta San Antón, fiestas son".
Recibe mi saludo, mis
¡¡¡BUENOS DÍAS!!!
2.1. 2024. Martes. (C. 1.767)
P. Alfonso Herrera. Carmelita.
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