ESTAMPA CAUDETANA.
CHAENORRHINUM PILLOSUM.
Me había pasado totalmente desapercibida, y no me lo explico, porque al subir a la parroquia de Santa Catalina siempre suelo hacelo por la rampa que favorece la subida a las personas que se ayudan de su tacatá.
Fue Conchita Cremades la que me puso en antecedentes cuando me dijo:
"¿Ha visto usted esa planta? ¿Cómo se llama?
La tal se encontraba allí donde la pared de la Torre de Santa Catalina hace ángulo recto con la acera, justo, justo, en la esquina que da entrada al pasadizo que conduce desde la plaza de la Iglesia hasta el barrio del Real y que discurre entre la parroquia y el castillo.
Allí estaba, toda florecida, la ESPUELILLA, nombre con el que la llamamos, en vulgar paladín.
Extraña un montón que se haya puesto tan guapa, frondosica y tan florida, habiendo enraizado donde lo ha hecho, que es todo piedra.
Claro que ella se caracteriza por surgir de la nada en paredes viejas y farallones marinos porque no solo le gusta el secarral caudetano sino que, también, le gusta la brisa marina que choca suavemente, o no, con la pared vertical donde ella se encuentra suspendida, con harta frecuencia, en la pared de los acantilados.
La florecillas, en su pequeñez, son guapísimas
LA ESPUELILLA no hace mohínos cuando la pido que te lleve mi saludo, mis
¡¡¡BUENOS DÍAS!!!
26.4.2024. Viernes.(C. 1.876)
P. Alfonso Herrera. Carmelita.
No hay comentarios:
Publicar un comentario