ESTAMPA CAUDETANA.
HOY LLUEVE.
Lleva a cuestas noventa y nueve primaveras, nunca mejor dicho porque las cumplió el día 27, próximo pasado, del mes de mayo.
Siempre que bajo a celebrar con las Madres Carmelitas de clausura en su monasterio me lo encuentro. Coincidimos los dos allí donde la avenida de la Virgen de Gracia da el pistoletazo de salida a la calle Echegaray por la que viene él a incorporarse al paseo o avenida que, a esas horas, nueve y media pasadas, se encuentra siempre expedito, porque el río de niños que bajan a las escuelas y al IES ya han dejado de afluir a lo largo del mismo. El buen hombre, con el saco bien lleno de almanaques, ayudándose por un buen compañero, el andador, que impide que el hombre se venga abajo y dé con sus huesos en el duro suelo y sirviéndose de los frenos del aparato con los que domina a su artilugios, como se domina a un caballo con el bocado.
Así andador y centenario, al decir centenario no le estoy poniendo un año más ni le estoy faltando a este buen caudetano ya que como dicen en Andalucía y, él mismo me lo repitió, cuando se les pregunta a sus gentes por los años que tienen suelen decir:
"taitantos, bien metidos en el siguiente".
El buen villano, con el que me encuentro cada mañana que voy a celebrar al convento monasterio de las Madres Carmelitas, así me contestó esta mañana cuando, después de haber coincidido con él tantas veces, me permití el lujo o, mejor, me atreví a preguntarle la edad que tenía.
- Mire usted, me contestó, tengo cumplidos los 99 y ya estoy andando por los100 que acabo de empezar, puesto que los cumplí hace unos días, el 27 del mes pasado.
Corría un vientecillo de Levante que a mí me daba en la espalda y a él de frente. El cielo estaba un tanto oscuro y debido a ello le dije:
- "Anda el cielo un poco encapotado ¿no tiene Ud. miedo a empaparse si le da por soltar un chaparrón como el
que dejó caer ayer?"
- pues no me extrañaría nada porque tenemos viento de levante y este viento retiene las nubes sobre nosotros. Si fuera de poniente ya se habría llevado todas las nubes de paseo. Pero, aún así, y todo, he decidido salir de casa, como cada día, porque hay que moverse. Pero yo le digo que hoy cae agua y espero que no lo haga en el tiempo que dedico yo a dar mi caminata.
Y, ciertamente, no llovió por la mañana y el buen anciano con sus 99 años bien metidicos en los 100 pudo dar su paseo sin coger una chupa. Pero, eso sí, llovió, como había aventurado aquel buen hombre que tuvo a bien detener su caballico mecánico para "charrar" un poquitíco conmigo.
Fue a eso de las dieciséis cincuenta cuando las nubes dejaron caer sobre la Real Villa de Caudete y su predio un aguacero que quiso parecerse al de antes de ayer pero fue vana ilusión porque ni fue tan largo ni fue con tanta fuerza.
Pero, no obstante, nos vino estupendamente este regalo del cielo.
Recibe mi saludo, mis
¡¡¡BUENOS DÍAS!!!
12.6.2024. Miércoles. (C. 1.920)
P. Alfonso Herrera. Carmelita.
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