La Clase Magistral.

ESTAMPA CAUDETANA.

LA CLASE MAGISTRAL.

Dentro de las actividades programadas para esta VII BIENAL DE LA ACUARELA, casi una cincuentena, la primera de todas ellas, tuvo lugar el domingo por la mañana en el claustro Barroco-Toscano del convento de San José (El Carmen) como aconteciera en la apertura de tan importante evento promovido y amparado por el Ilmo. Ayuntamiento de la Real Villa de Caudete, también en el mismo lugar

Fue un jolgorio total. Desde muy pronto dos mujeres, la Concejal de Cultura, Manoli González, y la Directora de la Casa de Cultura, María Sánchez, se presentaron en el convento para ponerlo todo en marcha y durante toda la velada iban a ser su alma mater.

Luego llegó el protagonista y, sin perder tiempo, se puso a preparar todo lo necesario para llevar a cabo UNA CLASE MAGISTRAL. Situó sobre la mesa un papel especial, el que se emplea para dejar caer sobre él, sirviéndose de pinceles, brochas y espátulas, las ideas pintadas de colores que adquirirán concreción en la limpia y tersa superficie del papel. Al lado de la mesa las pinturas y dos cubitos con agua. 

Algunas sillas dispusieron los oficiales del ilustrísimo Ayuntamiento en el centro del claustro que resultaron ser pocas porque, la gente, sintiéndose en casa, curioseó en las salas donde reciben la catequesis los niños de Primera Comunión y sacaron fuera todas las sillas y, aún así, hubo mucha gente que permaneció de pie emulando a las nobles columnas pregoneras del arte Barroco-Toscano que sostienen el claustro alto del convento. 

El pintor de acuarelas, no sabría decirte desde donde vino, dio la vuelta al marco donde estaba prendido el papel y empezó a desparramar colores por todo él. LA CLASE MAGISTRAL HABÍA DADO COMIENZO. 

De cuando en cuando echaba mano de una secadora de pelo con la que iba secando humedades.

También levantaba el cuadro hasta la altura de sus ojos, cosa que hacía con frecuencia, para cerciorarse de que sus ideas estaban bien plasmadas o, en su caso, darse cuenta deslgún fallo.

En una esquina del claustro un cuarteto de aire había venido calentando motores, templando sus instrumentos, desde muy temprano, de modo y manera que cuando el pintor, venido de otras tierras, llevaba a cabo su obra de creación, ellos, los componentes del cuarteto musical de aire, le acompañaban con melodías pegadizas y conocidas por toda la concurrencia que, satisfecha por el regalo que se les estaba haciendo, aplaudían calurosamente al finalizar cada una de las piezas. 

Cuando el maestro pintor hubo concluido CLASE MAGISTRAL y dadas las explicaciones pertinentes acerca del modo que había empleado en la confección de la obra, tomaron por asalto la mesa y sobre nuevos papeles nuevos pintores comenzaron a pergeñar otras obras para lo que contaron con la ayuda voluntaria de asistentes al acto pues desearon hacer también sus pinitos en eso de pintar al agua sobre un papel especial. Una pintora venida de lejos con una hermosa presencia corporal se encargaba de enderezar aquello que estaba torcido y sacara la luz aquello que estaba opacado. 

Mientras tanto en una mesa dispuesta a un lado del claustro se comenzó a repartir café y buen bizcocho cocido en los hornos de esta Real Villa de Caudete. 

Muchos, muchos fueron los que contemplaron uno tras otro los 35 cuadros pintados según el orden de LA ACUARELA que cuelgan en los paños del claustro bajo del convento. Y muchos fueron también los que se quedaban gratamente admirados por el toque verde natural que aportaban a las cálidas piedras de la columnata barroco-Toscana una buena cantidad de plantas. Tanto es así que no faltó gente que quiso llevarse sí o sí si no a la planta entera algunos de los esquejes de algunas de ellas. Y una señora, pedigüeña donde las hubiere, no cejo hasta llevarse varios esquejes. 

Antes de acercarme a nuestra iglesia conventual para celebrar la Eucaristía de las 13 horas, me acerqué a saludar al pintor que dispensó LA CLASE MAGISTRAL con el fin de charlar un rato con él acerca de la obra realizada y de las técnicas que había empleado para llevarla a cabo. No me fue posible entenderme con él ni en castellano ni chapurreando algunas palabras de otros idiomas encuentran eco en mi memoria. Tampoco tuvimos a mano un intérprete.

Eso sí, me sirvo de bien hacer plasmado en su obra para hacerte llegar, en el día de hoy, mi saludo, mis

¡¡¡BUENOS DÍAS!!!

8.10.2024. Martes.(C. 2.035)

P. Alfonso Herrera. Carmelita.