viernes, 1 de noviembre de 2024

Hoy, Solemnidad de Todos los Santos.

ESTAMPA CAUDETANA. 

HOY, SOLEMNIDAD DE TODOS LOS SANTOS.

Esta semana me tocaba ir a celebrar la Eucaristía en la iglesia del monasterio de las Madres Carmelitas de clausura. 

Cada mañana al acercarme hasta allí no hacía más que mirar al jardín del primero de los chalets que uno se encuentra haciendo esquina entre la calle Echegaray y el Paseo de la Virgen de Gracia y, allí donde el Paseo de la Virgen de Gracia tiene una entrada a un callejón sin salida, asoman, por encima de la verja de obra, una serie de capullos de rosa. 

Cuando empecé a ir, uno de ellos ya había florecido y algunos de los pétalos estaban un tanto ajados pero otro capillo le iba a la zaga dejando atrás tres o cuatro más cogiendo fuerzas, esperando su turno, para, florecidos, asomados a la verja, ofrecer su gran belleza, como lo están haciendo las hermanas que los han tomado la delantera  estos días.

Ayer no pude, por menos, que introducirme por ese callejón sin salida, pero que da paso a unos cuantos chalets, para admirar de cerca tal belleza y, sobre todo, para sacarla de viaje, no tanto para fastidiar el rosal, cuanto para sacarla en una fotografía, de modo manera, que me sirviera para un doble fin.

El primero: para ofrecérsela a todos aquellos seres humanos en quienes pensó Dios, que fueron amados por Dios y que fueron creados por Dios y, después de haber vivido en este mundo, abiertos totalmente al encuentro con los demás, establecieron lazos de amor o, lo que es lo mismo, hicieron a Dios medio de comunicación con los que iban de camino porque, como sabes, Dios es Amor,. Y llegados al final de su trayecto vital neurovegetativo  se dejaron caer, sin miedo, en los brazos acogedores de su Creador, de su Padre, de Dios.

SON LOS SANTOS A LOS QUE HOY CELEBRA LA IGLESIA.

Y SON TANTOS SANTOS  que, ni todos los picapedreros y marmolistas de este mundo, serían capaces de preparar peanas. Porque como son tantos y tantos y tantos, no habría tanto mármol o madera, en su caso, ni lugar en este mundo, para albergar tanta peana para tanto Santo. 

Y entre ellos..., tantos conocidos, tantos con los que mantuvimos lazos estrechos de amor, vecindad, compañerismo, compañeros en el caminar por este mundo.

Cuánta verdad encierra aquella  afirmación:

"LLEGA UN MOMENTO EN LA VIDA DE UNA PERSONA QUE TIENE AL OTRO LADO DE LA RAYA DE LA VIDA MÁS GENTE QUE A ESTE".

Es lo que me pasa a mí que ya llevo un montón de calendarios dejados a la vera del camino y, prendidos en ellos, tantos seres queridos: mis padres, todos mis hermanos, un par de sobrinos y  tantos que se relacionaron conmigo a lo largo de sus caminos. 

HOY ES SU DÍA, HOY ES SU FIESTA. HOY ES, TAMBIÉN, NUESTRA FIESTA.

Hoy es la fiesta de todos los seres humanos que sienten, muy dentro de sí, ese chorro vital que, naciendo en el fondo de uno mismo, se proyecta hacia un  cielo o, como quieras, hacia la casa del Padre, desde donde salimos para tener esta experiencia de vida probatoria sobre la corteza de esta pelota que llamamos mundo. 

Y todos ellos, ya blancos como blanca es la rosa que me sirve para mandarte mi saludo de hoy y también para ofrecérsela a ellos porque no desmerecerá, en modo alguno, con la blancura alcanzada al bañarse en la Sangre Redentora del Cordero, de cuyo baño salieron limpios, blancos impolutos, como la rosa que preside estas letricas para presentarse ante su Creador, ante su Dios y Padre.

Y al tiempo que te envío mi saludo mañanero te deseo de corazón Y, CON TODO MI AFECTO, UN FELIZ DÍA DE TODOS LOS SANTOS, DE TODOS TUS SANTOS.


¡¡¡BUENOS DÍAS!!!

1.11.2024. Viernes. (C. 2.049)

P. Alfonso Herrera. Carmelita.

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