martes, 21 de octubre de 2025

A la coñita.

A LA COÑITA.

La manecilla larga del reloj comenzaba a bajar la pendiente buscando el fondo de la esfera del reloj. Acababa de salir  a dar mi acostumbrado paseo, después de haber rezado las Vísperas, y, ya, caminando Avda. Del Conquelidor Jaume I de Aragón hacia el puente que permite salvar el río Seco para llegarme al Carrer de la Mar de El Campello, cuando, un padre joven, llevando a su hijita encaramada a sus hombros, A LA COÑITA, que dicen en mi pueblo, me adelantó con paso firme. Rápidamente, puso distancia entre ellos y yo.

Confieso que no pude aguantarme y sacando mi telefonillo del bolsillo impresioné la ESTAMPA. Una estampa que nos habla de puro verano cuando octubre va de caída preparándose para entregar el testigo del tiempo a noviembre. Y es que, en este pueblo costero, disfrutamos de un tiempo envidiable del que disfrutan las gentes de la Villa marinera y la ingente cantidad de otras gentes venidas de Allende las fronteras patrias, lo que permite denominarla como la Torre de Babel de nuestros tiempos. Muchos de ellos son mayores que aquí se encuentran a salvo de las bajas temperaturas reinantes en sus países de origen y que, además, su vivir aquí les resulta a mitad de costo que en sus lugares de origen. Esto ya me lo había dicho tiempo strás un señor holandés que estableció su residencia en Caudete/Albacete y que, también me ha corroborado un matrimonio, Beni(to) y Lucy, puertorriqueños, ambos, durante la comida a la que me invitaron en su domicilio hace un unos días y cosas que acontecen, tuvieron relación con algunos frailes carmelitas compañeros de estudios míos en su tierra y, ella, hasta fue bautizada en nuestra parroquia de la ciudad de Ciales:

"Estamos tan contentos porque no hemos encontrado diferencias entre nosotros, caribeños, y las gentes de este lugar en España. Hemos encajado estupendamente, porque sus costumbres y su historia son nuestras costumbres e historia y, además, la vida, aquí, no llega ni a la mitad de lo que nos cuesta en la isla, en Puerto Rico".

No hablé con el joven padre que llevaba a LA COÑITA, a su angelical hijita. Iba tan ligero. Seguro que acababan de salir de la playa y tenían prisa por llegar a casa.

Ya de vuelta a casa, después de haber llegado hasta la montañita, al final del Carrer de la Mar,  me los volví a encontrar. Estaban sentados en un banco en la Avda. de San Bartolomé y no pude por menos que pararme para enseñarles la foto. Intenté entenderme con ellos en alemán, pero no eran alemanes. Tampoco hablaban español así que ella, la fotografía fue el lenguaje que empleé. A la niña le le dibujó una carita de sorpresa, mientras a al joven padre le causó una grata sorpresa. Ambos levantamos el dedo pulgar y, con adiós, en castellano, allí los dejé, presumiblemente esperando a la esposa y mamá que estaría en la tienda de enfrente.

Recibe mi saludo, mis


¡¡¡BUENOS DÍAS!!!

El Campello a 21.10.2025. Martes. (C. 2.374)

P. Alfonso Herrera. Carmelita.

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