miércoles, 22 de octubre de 2025

Ipomea Cairica.

IPOMEA CAIRICA.

CAMPANILLA PALMEADA O LILA.

Ayer, en lugar de bajar directamente a casa, tras la celebración de la Eucaristía en la capilla particular de los Padres Salesianos, en este pueblo marinero de El Campello, decidí dar una vuelta por el Antiguo Camíc de la Vila Joiosa. Y andando, andando, llegué hasta la trasera de la urbanización conocida como La Colina, lugar donde crecen buscando el cielo altos edificios que miran a Levante, al mar, porque, desde más allá de la curvatura de éste, se levanta cada día, raro es el que no lo hace, el sol. Un sol que no encuentra cortina o celosía que le impida asomarse a esta zona privilegiada de España y si cuando se levanta resulta que hay algunas nubes tontorronas, ya se encarga él de espantarlas porque quiere encontrarse con todo lo que aquí se mueve o florece.

Moverse lo hacen las personas que dejan a su paso fonemas que cargan palabras que vuelan en el ambiente y que solo ellos y quienes les acompañan en su caminar, paseando  o sentados a una mesa en cualquiera de los establecimientos  que, a estas alturas, siguen prestando servicio puesto que, a pesar de lo avanzado del calendario, son muchas las gentes del lar hispano y de otros lugares  que aparecen, esparcidos en el mapa mundi han fijado aquí su residencia. A veces se las ubica, se sabe de dónde son originarios viendo las matrículas de los vehículos que aparcan cerca de la playa o en los aparcamientos de las grandes superficies comerciales.

Y, bajando hacia el paseo de la playa, me la encontré, me encontré a la hermosa IPOMEA CAIRICA O CAMPANILLA PALMEADA LILA, cubriendo, muy generosamente, la valla de separación de dos viviendas, al tiempo que coronaba la puerta de una de ellas. Y allí estaba yo, de puntillas, como bailarina interpretando El Lago de los Cisnes de Chaicovski (1875) para poder sacar su preciosa imagen de aquella maraña de enredadera que, cuando cuenta con el favor del sol y está bien alimentada y regada, crece y crece, dicen los botánicos que, hasta 20 metros. Y,  florecer, lo que se dice florecer, no se reduce al tiempo que va de mayo a septiembre, que es su época de floración, sino que sigue haciéndolo, incluso, hasta ahora cuando octubre está a punto de fenecer dando paso a noviembre  y, ahí anda, toda florecida, como muestra, la que "cacé" yo con mi telefonillo.

La suelen emplear en emplastos para curar enfermedades de la piel y si se ingiere dicen que ataca las inflamaciones, entre otras dolencias. Pero con las raíces hay que tener mucho cuidadito porque, siguen diciendo los sabios, que puede crearle a uno alucinaciones.

He leído que es originaria de Asia y África pero se encuentra muy agusto donde suele hacer buen tiempo, como te decía antes. En algunos lugares, como en Australia, la vigilan de cerca por ser invasiva. Se emplea para tapizar pérgolas y es una excelente artista en eso de procurar privacidad a los patios porque, al ser tan tupida, impide que la gente fisgue lo que hacen los vecinos. Así lo comprobé yo en mi paseo por el Antiguo Camí de la Vila Joiosa que me llevó hasta la trasera de La Colina.

LA FLOR DE LA CAMPANILLA PALMEADA LILA te lleva hoy mi saludo, mis


¡¡¡BUENOS DÍAS!!!

22.10.2025. Miércoles. (C. 2.375).

P. Alfonso Herrera. Carmelita.

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